La Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) recordó ayer, respecto a la posible clausura de la estación de autobuses del Prado de San Sebastián de Sevilla y su reutilización para otros usos, que el valor del edificio -muestra de la arquitectura racionalista- es "lo primero que debe mantenerse".

El portavoz de Adepa, Joaquín Egea, incidió en que "declarar una construcción Bien de Interés Cultural (BIC) para luego convertirla en algo completamente distinto no es respetar esa declaración, sería una pena". Egea instó a debatir proyectos e iniciativas para este espacio "sólo si hay dinero para invertir".

Para Egea, el problema es que "estamos cayendo en lo mismo del mandato anterior, cuando se lanzaban un montón de ideas de las que luego ninguna se llevaba a cabo"; y citó el "superficial" arreglo de los terrenos del teatro Lope de Vega, oficinas administrativas en la Maestranza o usos culturales en el Mercado de la Puerta de la Carne. Por contra, "todo el mundo se enfrasca en si la zapata sí o la zapata no", en referencia al proyectado recubrimiento con azulejos del malecón fluvial de Triana. "Con la de temas tan importantes que hay, y nos desgastamos en esto", advirtió.

En lo relativo a la estación del Prado, el portavoz de Adepa ve con buenos ojos la propuesta para albergar instalaciones judiciales, ya que "el conjunto histórico no puede ir perdiendo funciones", y recordó, al respecto, que los terrenos donde antaño se albergaba el Equipo Quirúrgico siguen sin uso a día de hoy. "La situación de la Justicia, con el pago de alquileres que redunda en los sevillanos, es una auténtica estafa, y si se puede utilizar para paliar esto, bienvenido sea", recalcó Egea, que también consideró una opción "interesante" la de instaurar una sede para autobuses turísticos, si bien "ello necesita una fuerte inversión para no dar a los turistas una impresión calamitosa". Por ello, Egea instó a "dejar de tirar globos sonda" y acometer proyectos concretos, "y no enzarzarnos en debates estériles como el de la zapata cuando no hay ni una gorda, o cuando la iglesia de Santa Catalina sigue cerrada".