No era aún la una de la tarde cuando el coche fúnebre que portaba los restos mortales de Gabriel Rojas Fernández (Sevilla, 1922) cruzaba la verja del cementerio de San Fernando. Sus familiares, entre los que se encontraban la eurodiputada Teresa Jiménez-Becerril, encabezaban el cortejo luctuoso que había partido minutos antes del tanatorio de la SE-30, donde se había oficiado el funeral por este polifacético sevillano que logró triunfar en todos los ámbitos en los que se lo propuso.

La capilla del tanatorio resultó pequeña para acoger a todos los asistentes que acudieron a la misa córpore insepulto. Personalidades del mundo del toro, la empresa, el fútbol y las hermandades se dieron cita para despedir a un hombre que destacó en la ganadería, la construcción y cuyo nombre queda ligado a la historia del Sevilla Fútbol Club y el Rocío. Uno de los primeros en acudir fue el torero José Antonio Campuzano, quien definió a Rojas como "una referencia en el mundo taurino". Esta importancia también la refrendó Curro Romero, que recordó los días que había pasado en su tentadero y la tardes de gloria que cosechó con la lidia de sus reses. "Era un buen hombre y amigo de sus amigos", sentenció el Faraón de Camas.

En sus 43 años como ganadero, Rojas fue "padrino" de muchos jóvenes que se iniciaban en el mundo del toro. Éste fue el caso de Alfonso Oliva Soto, quien recordó que "desde pequeño me echó una mano, siempre recibí mucho cariño de su mujer y de él gracias a la amistad que tenía con mi apoderado". Su importancia en los toros también la señalaron Eduardo Dávila Miura, el empresario taurino Ramón Valencia y Emilio Muñoz, que asistieron a la ceremonia.

Pero si este sevillano destacó en la ganadería brava, no lo fue menos en la construcción, siendo uno de los principales artífices del barrio de Los Remedios. Miguel Rus, presidente de la Confederación Empresarial Sevillana (CES), considera que con Rojas se marcha "un modelo de valores empresariales. Ha sido constante en su trabajo hasta el último momento, personas así son las que necesitamos en nuestra tierra en estos momentos".

El ex alcalde hispalense Manuel del Valle también recordó la importancia de Gabriel Rojas en el desarrollo urbanístico de la ciudad. "Fue un gran colaborador en mi etapa como alcalde de la ciudad", mencionó Del Valle, quien refirió que la amistad con Rojas comenzó cuando era presidente de la Diputación. "Fue un referente de la construcción en la Sevilla de los 60 y los 70", expresó el ex alcalde.

Luis Miguel Martín Rubio mencionó uno de los momentos más "duros" cuando una madrugada de enero de 1998 la entonces alcaldesa Soledad Becerril tuvo que comunicarle al constructor y ganadero el asesinato de su sobrino político, Alberto Jiménez-Becerril, y de su mujer, Ascensión García Ortíz, a manos de los terroristas de ETA. El hijo mayor de este matrimonio se encontraba ayer entre los familiares dolientes que asistieron al sepelio, donde tampoco faltó el presidente de los populares sevillanos, Juan Bueno.

Si hubo dos pasiones que marcaron a este sevillano fueron el fútbol y las hermandades. Su vinculación con el Sevilla F. C., club del que fue 11 años directivo y del que ostentó la presidencia en la década de los 80, se puso de manifiesto ayer con la presencia del presidente de la entidad blanquirroja, José María del Nido, quien acudió en compañía de Míchel, el entrenador del equipo, y Monchi, el director deportivo. Tampoco faltaron dos de los capitanes: el portero Andrés Palop y el delantero Álvaro Negredo, quien, por cierto, acudió con una indumentaria que no era precisamente la más adecuada para la ocasión.

Del mundo de las hermandades asistieron, entre otros, el hermano mayor de la Macarena, Manuel García; el de la Hermandad del Rocío de Triana, Manuel Alcantarilla; y el del Rocío de Sevilla -corporación de la que ha sido hermano mayor honorífico-, Ricardo Laguillo.