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Sevilla

La alegría de la clausura, al descubierto

  • Un libro editado por Páginas del Sur muestra la vida diaria de las religiosas.

La clausura sevillana como no se había visto antes. El fotógrafo Antonio del Junco y el médico y escritor Ismael Yebra, presentaron ayer Sevilla en clausura, una obra editada por la Fundación Cajasol, cuya idea y producción corresponde a Páginas del Sur, empresa del Grupo Joly. El libro recoge el día a día de los 14 conventos que en Sevilla se dedican a la vida contemplativa y muestra el lado más familiar de las religiosas a través de las vivas fotografías de Del Junco y los enriquecedores textos de Yebra.

Esta obra inédita, de la que se han editado 1.000 ejemplares, se presenta en nueve capítulos que introducen al lector en el propio monasterio y muestran la vida diaria y el trabajo de las monjas: Elogio de la vida contemplativa, Fuga mundi, El compás, El claustro, La celda, Ora..., ...Et labora, El camino monástico y Via Coeli. Como explica el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, en el prólogo, el libro recoge "el misterio y el alma de los monasterios". "En las monjas de nuestros monasterios tiene la Iglesia uno de sus mejores tesoros".

Los autores destacan, sobre todo, la alegría y la felicidad que irradian las religiosas. "El libro supone una prospección intimista en el mundo tan desconocido de las clausuras. Ahonda en aspectos como la alegría y el silencio y la paz que se respira tras esos muros, a pesar de estar ubicados en medio de la ciudad. Eso es algo muy difícil", explica Antonio del Junco. El autor ha prescindido del trípode y el uso del flash para poder captar la luz más natural, la que entra por las ventanas de las celdas, la más intimista que irrumpe en los claustros, los claroscuros y las sombras.

El doctor Yebra, médico particular de muchas de las comunidades, se declaró "un gran amante de los libros y la clausura". El coautor del trabajo, que bromeó con que habían puesto 4 ó 5 kilos durante la realización del trabajo al irse siempre con una bolsa de magdalenas de los conventos, expuso que la clausura no es un aislamiento: "Las monjas están con nosotros. Para acercarse a Dios huyen de lo mundano, no del mundo".

Por su parte, el arzobispo señaló que desde su vida escondida, "las monjas prestan a la comunidad un testimonio impagable y extraordinario". El prelado quiso agradecer a los autores el trabajo y concluyó con una sentencia: "La vida contemplativa es un verdadero tesoro de nuestra ciudad que nunca debería desaparecer".

El libro se podrá adquirir en la tradicional muestra de dulces conventuales del Alcázar y en las librerías Beta.

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