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Sanidad

El SAS cierra 300 camas en sólo un lustro pese al aumento de la población

  • Sevilla ha crecido un 4,4% mientras que los puestos asistenciales caen un 8,5%. Esta pérdida incide en los continuos colapsos de las Urgencias.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha cerrado 300 camas hospitalarias en sólo un lustro (2006-2010) pese al continuo crecimiento de población registrado en Sevilla durante este periodo. Según los últimos datos oficiales de la Consejería de Salud, que se refieren a 2010, Sevilla cuenta con 3.198 camas hospitalarias frente a las 3.498 que funcionaban en 2006 en los distintos hospitales públicos en la ciudad y la provincia; lo que se traduce en una pérdida del 8,5% en puestos asistenciales en apenas cinco años.

El SAS ha cerrado de manera progresiva estas camas hospitalarias pese al constante envejecimiento y al crecimiento de población: entre 2006 y 2010 la provincia ha crecido con 82.082 habitantes más hasta sumar 1.917.097 personas. Según estos datos de la última Memoria de Salud, la población sevillana ha aumentado un 4,4% en este periodo.

Mientras las camas hospitalarias públicas disminuyen desde mucho antes de que comenzara la actual crisis; los hospitales privados continúan consolidando sus servicios en la provincia, de modo que el número de camas privadas se mantiene en 673 en 2010 tras varios años de continuos crecimientos.

El cierre de camas públicas durante los últimos años está provocado por varios factores: las últimas reformas ejecutadas en las plantas hospitalarias han supuesto la creación de habitaciones individuales que aportan más confort e intimidad a los enfermos, pero que reducen el número de camas; la clausura de centros y la paralización de proyectos que ya deberían estar funcionando como el antiguo Hospital Militar o el antiguo Equipo Quirúrgico en el Prado, que deberían contar desde hace años con nuevos equipos en funcionamiento. A estos centros hospitalarios pendientes se suma Duques del Infantado, donde también se han clausurado camas. Esta pérdida está también estrechamente vinculada al objetivo del SAS de fomentar las intervenciones de acto único que se realizan en Cirugía Mayor Ambulatoria y que no requieren ingreso; así como la reducción de las estancias de los enfermos en los hospitales mediante la incorporación de nuevos tratamientos menos agresivos que aceleran la recuperación de los pacientes. Con ello, el cierre de camas se ha generalizado (ver gráfico): el complejo hospitalario Virgen del Rocío ha perdido 109 camas, al pasar de contar con 1.311 en 2006 a las 1.202 que funcionan en 2010; el Hospital Virgen Macarena ha cerrado 157 camas en el mismo periodo de tiempo; el Hospital de Valme ha clausurado 46; y La Merced de Osuna, otras 30 camas.

El impacto de esta continua pérdida de puestos asistenciales se percibe, de manera cíclica, en las Urgencias, donde los pacientes tienen que soportar, a veces, demoras excesivas por la falta de camas disponibles en las plantas de hospitalización.

El Hospital Virgen Macarena se colapsó el pasado miércoles, cuando se registraron esperas de hasta 20 horas que tuvieron que soportar enfermos pendientes de ingreso en el centro. Dos días después, el viernes 11 de enero, este problema se repitió en el Hospital de Valme, donde se llegaron a concentrar hasta 47 enfermos en la sala de espera y algunos de ellos llevaban en Urgencias casi dos días.

Las Urgencias hospitalarias se convierten así en un embudo de pacientes que tienen que permanecer en este servicio más horas de las necesarias debido a la falta de camas, lo cual provoca un aumento en la sobrecarga de trabajo de los equipos médicos y de enfermería que trabajan en este servicio, que está ideado exclusivamente para una asistencia inmediata o, al menos, para atender al paciente en un plazo corto de tiempo.

"La creación de habitaciones individuales para mejorar el confort de los pacientes es una cuestión importante, pero tiene que ir acompañada por la creación de más centros hospitalarios para evitar la pérdida de camas", comentan fuentes del Sindicato Médico de Sevilla, que aseguran que "las listas de espera quirúrgica están creciendo de manera destacable debido a la falta de camas en funcionamiento" .

Otro impacto que supone la disminucion de estos recursos hospitalarios lo perciben los especialistas, que se ven cada vez más presionados para emitir altas precoces para que el paciente abandone cuanto antes el hospital sin comprobar su recuperación completa, según ha constatado el Sindicato Médico en varios servicios hospitalarios, especialmente en Medicina Interna. Estas altas antes de tiempo provocan, en la mayoría de los casos, un efecto boomerang, ya que muchos de los pacientes terminan regresando al hospital a través de las Urgencias y vuelven a ingresar por problemas no resueltos.

"Aunque el SAS aumente las intervenciones de Cirugía Mayor Ambulatoria, la mayoría de las operaciones en los hospitales requieren el ingreso de los pacientes, de modo que la falta de camas incide en el aumento de las listas de espera", añade la central de los galenos, que constata estos efectos de la permanente destrucción de recursos.

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