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Sevilla

Muere un ciclista arrollado por un conductor ebrio en la Resolana

  • El tercer fallecido desde el estreno del carril bici tenía 25 años y era de Tomares. El conductor fue detenido por duplicar la tasa.

El atropello mortal de ayer en la calle Resolana eleva a tres los ciclistas fallecidos en la capital sevillana desde que se inauguró el carril bici a mediados de 2007. Esta vez la víctima ha sido S.L.M., un joven de 25 años vecino de Tomares que falleció en el acto.

El conductor del vehículo que lo arrolló, el varón G.T.M., de 27 años, fue detenido por la Policía Local de Sevilla al duplicar la tasa permitida de alcohol en el control al que fue sometido tras el atropello. El detenido fue trasladado a la comisaría de la Policía Local para tomarle declaración y ya en la tarde de ayer fue puesto a disposición judicial. En el mismo vehículo viajaba también otra persona.

Según informaron fuentes municipales, el accidente, ocurrió a las 5:50 de ayer en la calle Resolana, a la altura del arco de la Macarena, cuando se disponía a cruzar desde la Macarena a la acera contraria del Parlamento andaluz. El conductor del coche procedía de la Barqueta y se dirigía hacia el extremo contrario de la ronda histórica.

Hasta el lugar del suceso se desplazaron miembros de la Policía Local y efectivos sanitarios, que no pudieron hacer nada por la vida del joven. La Policía Local de Tomares se encargó de localizar a la familia del joven fallecido para comunicarle lo sucedido. Las exequias fúnebres tuvieron lugar en el tanatorio de San Jerónimo de Sevilla, según informó el Ayuntamiento de Tomares.

La asociación ciclista A Contramano destacó ayer que los tres ciclistas fallecidos en Sevilla desde 2007 tienen un elemento común: todos han sido atropellados por vehículos a motor. La primera víctima fue en junio de 2007 en el carril bici de La Palmera al ser atropellada por una motocicleta. En mayo de 2012 la segunda víctima mortal fue un profesor de 60 años que circulaba por la avenida Bueno Monreal y fue arrollado por un coche a toda velocidad.

En declaraciones a este periódico, el vicepresidente de A Contramano, Ricardo Marqués, aprovechó para señalar que "no hubiera tenido ningún efecto en este accidente mortal las medidas de protección que está promoviendo la Dirección General de Tráfico", tales como la obligación de llevar casco, de asegurar y matricular el vehículo.

"La DGT sigue con su discurso autista, lanzando el mensaje de que la bicicleta es peligrosa y hay que protegerla, de que el auge de la bicicleta es un problema que hay que resolver, por supuesto cargando nuevas tasas y obligaciones sobre los ciclistas: casco obligatorio, licencia para poder conducir bicicletas, matrícula y seguro obligatorios... Los ciclistas no necesitamos que nos protejan, nos conformamos con que nos respeten", protestó la entidad ciclista de Sevilla. La DGT quiere incluir estas obligaciones en el nuevo Reglamento de Circulación que aún está en fase de redacción, a lo que se oponen frontalmente las entidades ciclistas.

La única solución, insiste A Contramano, es limitar a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima en la ciudad, ya que sólo a esta velocidad está demostrado que un peatón o ciclista tiene un 90% de posibilidades de sobrevivir tras un atropello. El dato corresponde a los estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A 50 kilometros por hora -el límite actual permitido dentro de las ciudades- esa posibilidad de sobrevivir se reduce a un 50%.

En opinión de A Contramano, "el único problema de la bicicleta es una Administración Pública que se empeña en ver a los ciclistas como un problema y no como parte de la solución: si hubiera más bicicletas circulando, habría también menos coches circulando y habría también menos muertos en las calles y carreteras españolas", opinó Marqués.

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