Las lluvias de la pasada primavera provocaron graves daños en Badolatosa y Écija. En el primero de ellos fue a consecuencia del desbordamiento del río Genil, mientras que en el segundo se produjo por un viejo conocido: el arroyo Argamasilla. En ambas localidades han comenzado recientemente las obras para evitar que se reproduzcan dichas estampas, aunque van contrarreloj y se prevé que la temporada de lluvias comience sin que hayan concluido las actuaciones.

Los desembalses que se efectuaron en marzo en el pantano de Iznájar (Córdoba) hacia el río Genil provocaron que buena parte del casco urbano de Badolatosa -municipio fronterizo entre ambas provincias- se inundara en varias ocasiones durante dos semanas. El agua sobrepasó los muros de contención cuando el pantano llegó a aliviar 155 metros cúbicos por segundo. Las consecuencias se dejaron sentir pronto en la localidad sevillana: hasta 40 casas de cuatro calles anegadas en las que se alcanzó el metro y medio de agua.

El alcalde de la localidad, Antonio Manuel González (PSOE), pidió entonces a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), responsable de esta cuenca, que al margen de las obras de emergencia previstas en el Genil acometiera trabajos de mayor profundidad, ya que según González el lecho del río llevaba bastantes años sin dragarse.

La CHG ha aceptado finalmente llevar a cabo dicha labor, que comenzó a finales de agosto con una inversión de 1,6 millones de euros. El inicio de los trabajos no se ha podido adelantar, según el primer edil de Badolatosa, por coincidir con la época de riego de los agricultores, lo que impedía que se aminorase desde el pantano de Iznájar el caudal del río, como se hace ahora para facilitar el trabajo de los operarios. La mejora consiste en la retirada de los sedimentos del lecho del Genil -lo que reducía el cauce- entre Badolatosa y Jauja (pedanía del municipio cordobés de Lucena), la construcción de muros de escollera para proteger el casco urbano y el recorte de la vegetación en las márgenes del río. La previsión es que esta labor concluya a mediados de noviembre.

En Écija, por su parte, se retomaron las obras de encauzamiento del arroyo Argamasilla después de que paralizaran por los recortes presupuestarios de la Junta. Los trabajos comenzaron en primavera tras sufrir parte del casco antiguo nuevas inundaciones en marzo. Falta aún por construir un túnel, por lo que esta actuación no concluirá hasta bien entrado 2014. Pese a que se ha limpiado el cauce del arroyo, el concejal de Medio Ambiente, Carlos Onetti, teme que se produzcan nuevas anegaciones con las lluvias otoñales.