La empresa municipal de transportes, Tussam, asumirá a partir de este martes la gestión de la estación de autobuses del Prado de San Sebastián. Un traspaso que se acompaña de un nuevo modelo explotación, que combinará el uso turístico con el de líneas regulares, y que no ha estado exento de críticas por parte de la oposición. Una vez que el Pleno de la semana pasada aprobó el acuerdo, Tussam coge ahora las riendas con la intención de rentabilizar esta infraestructura y mejorar los servicios que se prestan en un edificio de 1941 declarado Bien de Interés Cultural. Para todo ello, el Ayuntamiento ha previsto una inversión de 750.000 euros, de los cuales 450.000 se invertirán en una primera fase, a partir de este martes, para mejorar la atención y el estado de un inmueble que acumula ya 15 años sin reforma alguna.

Así, una de las primeras medidas que acometerá Tussam será la rehabilitación del inmueble, incluido en el catálogo general de Patrimonio Histórico de Andalucía, para lo que se contará con el asesoramiento previo de un equipo de profesores de la Universidad de Sevilla. En cualquier caso, habrá que acometer "de forma inminente" obras de mejora en las zonas más degradadas, como los aseos y las zonas de espera de los viajeros.

De hecho, en los próximos tres meses, hasta final de año, no sólo habrá que acudir a las reparaciones urgentes, sino a otras gestiones económico-administrativas, como la gestión de los cobros de las tasas a los locales y empresas y la fijación de las nuevas tarifas.

También habrá que regular la situación de los distintas superficies y sus usos: los pisos y los locales deberán legalizar el espacio que ocupan, pues hay zonas ocupadas de forma irregular. Algunos de estos espacios pasarían a ser de uso exclusivo de la estación y otros podrían ser alquilados por Tussam a sus ocupantes actuales. Así, está previsto prohibir el uso de las cubiertas del vestíbulo principal para garantizar un mantenimiento correcto de la misma. Una vez que se aclaren los límites de la finca, se reubicará el registro general del Ayuntamiento en las oficinas de la dirección de la estación.

Además de las obras urgentes de mejora, que incluyen pintura general y eliminación de humedades, se mejorará la señalización y los quioscos: los que no estén en uso se suprimirán y se cambiará la imagen de los que permanecen abiertos. También se mejorará la climatización y se colocará un sistema de barreras y de cámaras de reconocimiento de las matrículas, una videovigilancia que supondrá un coste de 70.000 euros. Además, de los cambios en la megafonía y conexiones informáticas que suman otros 60.000 euros, pues se colocarán paneles informativos con las llegadas y salidas.

Los autobuses turísticos no se incorporarán hasta el segundo trimestre de 2014, pero la intención es ir ordenando ya los andenes y reservar seis para la bajada y subida de turistas. Actualmente, en la estación operan seis empresas: Los Amarillos, Linesur, Comes, Transtres IASA, Casal y Alsa, que suman al día más de cien expediciones. A partir de enero del próximo año la gestión, por tanto, se complica. Y en las horas de mayor afluencia serán necesarios dos auxiliares de vigilancia. El control nocturno se hará desde un centro en la avenida de Andalucía, de manera remota.

Según los cálculos del gobierno local, la nueva gestión generará un ahorro de 800.000 euros a las arcas públicas.