A diario se puede ver a muchos jóvenes con mochila en la espalda pedaleando en una bicicleta camino de los diferentes centros educativos que hay repartidos por la ciudad. Esa imagen puede llevar a pensar que el uso de ese medio de transporte por parte de los estudiantes es muy superior al de los docentes. La realidad es bien distinta. En porcentaje, los profesores de la Hispalense utilizan más la bicicleta que los alumnos, un 15% frente a un 12%. Esta conclusión se desprende del informe La Bicicleta en la Universidad de Sevilla, elaborado un año más por el Sistema Integral de la Bicicleta de la Universidad de Sevilla (Sibus).

El estudio desvela que el uso de la bicicleta es bastante homogéneo entre los diferentes estamentos universitarios (la utilización entre el personal de administración es del 8%), lo que viene a demostrar que los elevados niveles de uso de la bici entre la comunidad universitaria no tienen raíces económicas o de edad, sino que se corresponden con unas adecuadas políticas de promoción, tanto a escala municipal como a la de la propia sede académica. "El papel que han jugado ambas instituciones en todo esto ha sido muy importante, sirviendo para disparar las cifras en los últimos años. Recuerdo que no hace mucho era un auténtico riesgo montar en bicicleta por las calles y avenidas de la ciudad", señala Manuel Enrique Figueroa Clemente, director de la oficina de sostenibilidad de la Universidad de Sevilla y Catedrático de Ecología.

Con estas cifras, la Hispalense mantiene el liderazgo en uso y promoción de la bicicleta, tanto en la ciudad como en el conjunto de las universidades españolas. Una de las claves es la provisión de aparcamientos -muchos de ellos de acceso restringido- para los miembros de la comunidad universitaria, contando con plaza uno de cada 35. "Es un reclamo para acudir a los centros en bici", asegura Ricardo Marqués Sillero, director del Sibus y catedrático de Física. Otras políticas que han beneficiado son el convenio entre la Hispalense y Sevici por el que se exime el pago de la fianza necesaria para acceder al sistema, y el servicio de préstamo de bicicletas de larga duración de la universidad, que el pasado año llegó hasta las 407 unidades.

La rentabilidad social de su uso es evidente. El informe destaca que supone un ahorro total de emisiones de gases de efecto invernadero de 1.143 Tm equivalentes de C02, o de 3.594 barriles en las importaciones de crudo de nuestro país, que a un coste aproximado de 75 euros por barril equivaldría a 269.550 euros anuales. "También evitamos algunas muertes al año, y eso que el número de usuarios no para de subir", afirma Marqués.

El objetivo sigue siendo mejorar las cifras año tras año. Para ello el Sibus se encuentra actualmente ultimando un convenio con la Junta de Andalucía para el préstamo de bicicletas, y prevé una serie de reformas en los alrededores de las distintas facultades para que prevalezca la bici sobre el peatón. "La asignatura Bicicleta y Movilidad Sostenible es un éxito que seguirá ayudando a concienciar a la población", finaliza el director del Sibus.