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Sevilla

El agua de Sevilla, la séptima más cara

  • La diferencia de precios es enorme: hasta cuatro veces más en unas urbes que otras para consumos elevados

Los sevillanos pueden presumir de tener una de las tarifas de agua más caras de España. En concreto, Sevilla es la séptima ciudad con el precio más elevado. Este dato se recoge un informe elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios, que denuncia que existen "grandes diferencias" del importe del agua de más de 350 euros anuales entre ciudades españolas tras realizar un estudio en 54 municipios para comparar los costes, en el que se revisaron las tarifas y las tasas asociadas a su consumo, tanto si se incluyen en el recibo como si se cobran aparte.

La plataforma señala que este año ha empezado con subidas en seis de cada diez ciudades, y que en los cinco últimos años su factura se ha incrementado un 25,5% por diferentes motivos, entre los que se incluyen nuevos cánones autonómicos y el incremento de IVA. Además, agrega que "la interpretación de la factura no es una empresa sencilla ya que cada ciudad emplea un sistema de facturación distinto al resto", y considera que las diferencias de precio encontradas "no se justifican de ninguna manera posible".

El caso más llamativo se encuentra en Murcia, donde una familia con un consumo anual de 175 metros cúbicos paga 501 euros anuales, mientras que en Palencia abona 145 por el mismo consumo. Las dificultades de abastecimiento que se sufren en algunas zonas de la península explican en parte esas importantes diferencias. Sin embargo, el estudio muestra que las grandes divergencias en la tarifa que se aplican en cada municipio se reproducen también en la parte de la factura destinada al saneamiento de agua, donde la ubicación de la localidad no debería tener ninguna influencia.

Las diferencias entre ciudades se acentúan en consumos mayores, hasta un 440%. Un hogar de Barcelona que gaste 300 metros cúbicos pagará 1.393 euros al año, mientras que por el mismo consumo en Guadalajara se abonarán 258 euros anuales. La mayoría de ciudades han optado por elegir un sistema de tarifas crecientes por bloques, porque si éstos están bien diseñados, se evita el derroche y se incentiva el ahorro. Sin embargo este sistema penaliza a los hogares con más miembros. Esto lo solventan Sevilla y Málaga, que personalizan los bloques de vecinos teniendo en cuenta el número de miembros en la unidad familiar, y otras ciudades, que contemplan tarifas especiales para familias numerosas.

El informe ha encontrado que algunos municipios no fomentan el ahorro. Así, Vigo es la ciudad que más incita al despilfarro, al facturar a sus vecinos 180 metros cúbicos consuman o no, mientras que Soria y Orense también aplican unos consumos mínimos elevados. Como elementos positivos, algunas ciudades como Santander o Valladolid han descartado este tipo de tarifas con consumos mínimo.

La factura de Emasesa no se ha incrementado este año, sino que incluso desciende hasta el mes de mayo y luego se equipara a la que se ha venido pagando en 2013, debido al aumento del canon de depuración. Lo que para la empresa es una maniobra para hacer frente a gasto corriente, para Facua es una estrategía para eludir la bajada de precio derivada del fin del canon de mejora de infraestructuras que los clientes venían pagando desde 2001 y cuya vigencia concluye el 31 de diciembre de este año. Así, según la organización asegura que los consumidores no podrán beneficiarse pues se incrementa más de un 27% el canon por saneamiento domiciliario del agua, algo que considera "desproporcionado".

Emasesa cerró las cuentas de 2013 con casi 4.000 contratos nuevos de suministro, de los que la mayoría son en Sevilla capital. Se trata de un dato esperanzador que marca una leve tendencia al alza por lo que significa de nuevos hogares y nuevos negocios. La paradoja es que el consumo sigue el descenso que se acentuó con el período de crisis, aunque la evolución marca una desaceleración de la caída en lo que respecta a los bares y restaurantes (consumo catalogado como no doméstico). La facturación por consumo general de agua no ha dejado de bajar desde 2008, cuando fue de 68,2 millones de euros. El año 2013 se ha cerrado con 60,9 millones, lo que supone un descenso de casi un 11% en cinco años. Por tipos de consumo, el doméstico ha sufrido una caída del 9%, mientras que en el de los negocios de hostelería ha sido del 15%.

La evolución a la baja del consumo doméstico sigue siendo notable, lo que perjudica a los ingresos de la compañía aunque repercute positivamente en la imagen de una población que cada día hace un uso más responsable bien por las campañas de concienciación, bien por las mejoras para evitar fugas, o bien por los contadores individuales que hace que cada uno pague lo que consuma. Recordar que el consumo doméstico en el año 1991 fue de 176 litros por habitante al día, mientras que 2012 se cerró con una cifra de 116 litros.

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