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los invisibles · Carmen Jiménez Lirola

"Nací en un hotel y no dejé dormir al Litri, que toreaba al día siguiente"

  • En el día internacional de la Mujer, es una de las pioneras del feminismo andaluz. Cinéfila y defensora de los animales, pasó de los toros a los gatos.

NO cree en el feminismo de derechas y ha padecido el machismo de izquierdas. Carmen Jiménez (Sevilla, 1949) es cinéfila, feminista y abogada de los gatos de la Gerencia de Urbanismo. Luchadora en muchos frentes.

-¿Qué es lo más cinematográfico de su vida?

-Nacer en un hotel con un nombre tan ensoñador como el Cecil Oriente, en la Plaza Nueva. La casa de mis padres en Los Remedios estaba en obras. No dejé dormir a un torero. El Litri tenía corrida al día siguiente y se quejó en recepción. Quizás ahí nació mi vocación animalista y antitaurina. Y mi empatía con los hoteles.

-¿Primer recuerdo de cine?

-Alicia en el país de las maravillas de Disney. Alicia es uno de mis mitos literarios, aunque mi primer trabajo fue de correctora de textos de oposiciones. Me puse a gritar en el cine "¡Alicia, Alicia!" cuando iba corriendo detrás del conejo blanco. Creía que me iba a contestar como Mia Farrow en La rosa púrpura de El Cairo.

-¿Su primer colegio?

-Las monjas del palacio de los marqueses de Yanduri, una casa muy viscontiniana con sus espejos, mármoles y artesonados.

-La casa natal de Vicente Aleixandre y el cuartel de Franco cuando cruzó el Estrecho...

-Carmen Polo iba muchas veces, las monjas nos ponían en formación para el saludo fascista con la mano y cantar el Cara al Sol.

-Además de gustarle, ¿ha trabajado en el cine?

-Produje algún cortometraje, hice de figurante en Las dos orillas de Bollain. Fui al casting de Rojos, de Warren Beatty, pero había miles de personas.

-Hoy ponen en Cajasol 'Lawrence de Arabia'...

-Sevilla es un plató internacional. Ha sido El Cairo y Moscú.

-Lleva más de veinte años trabajando en la Cartuja. ¿Vivió la Expo?

-Con grandes contradicciones ideológicas. Yo era muy radical y de izquierdas, igual me hicieron así las monjas, y formaba parte del grupo que estaba en contra de la Expo. Fotogramas me pidió que escribiera sobre la Expo y el cine para la revista y me dio un pase vips. Fue impresionante. No tenía que hacer cola en los pabellones más populares. Viví el glamour de la Expo. Gracias al cine.

-¿El feminismo está en un buen momento?

-No me considero una voz autorizada ni representativa del movimiento feminista contemporáneo. Yo formo parte de la prehistoria. Iba a decir de la caverna, pero el feminismo es justamente lo contrario de la caverna.

-¿A qué grupos perteneció?

-Grupos transgresores, heterogéneos. Uno se llamaba Prímula y otro Grupo Siete.

-Como la película...

-Pensábamos que el feminismo requería un proceso de estudio y autoconciencia y eso exigía trabajar en grupos pequeños.

-¿La izquierda es machista?

-En los años setenta, los progres de la Universidad, la gente de izquierdas era muy machista. A las feministas nos miraban con malos ojos porque consideraban que lo prioritario era luchar contra la dictadura franquista.

-Contra Franco, no contra Carmen Polo...

-Una discriminación absurda, porque la dictadura franquista era muy machista y misógina.

-Desde que le dio la noche al Litri, ¿en qué frente desarrolla su defensa de los animales?

-Con los gatos de la Gerencia de Urbanismo. Están en la picota. El último verano murieron siete gatos y en el Zoosanitario gasearon a 32 para dejar plazas libres.

-¿Cómo llegaron a Urbanismo?

-Un compañero de la Gerencia del que jamás diré su nombre trajo los primeros siete gatos desde el campo de una tía suya. La colonia empezó a crecer. Un hombre que ya está jubilado, Ramón Fernández Becerra, paga el pienso de los gatos y yo les traigo comida húmeda todos los días. Lo primero que hago es contarlos.

-¿Quién inició la cruzada?

-Todo empezó con una denuncia sin fundamento de unos extranjeros que habían perdido una perrita. Les dieron más credibilidad a ellos que al veterinario del Zoosanitario. Para mí está siendo un desgaste mental, emocional, físico y económico. Les damos de comer y de beber, pero no lo podemos hacer abiertamente.

-¿Su última lucha clandestina?

-Se puede definir así. El Ayuntamiento considera que son una plaga y es todo lo contrario; a nivel ecológico, son raticidas de primer orden. Y hay muchas ratas en el entorno de la Cartuja.

-Buenos tiempos para el lince y malos para el gato, que diría Antonio Burgos...

-Tengo una deuda de gratitud permanente con él.

-¿Son gatos salvajes?

-Unos son más tímidos, otros menos sociables, nunca salvajes. Apenas se les oye. El último mes un poco más, maullando de hambre los pobrecitos.

-En el cine, uno piensa en el gato que mata Gerard Depardieu en 'Novecento'...

-Con el cinismo de que hay compañeros que se traen gatos de su casa y los echan a la colonia.

-¿El cine se lleva bien con otras artes?

-Los primeros miércoles de mes participo en una tertulia de cine y los últimos jueves de mes en una de literatura. Y siempre estoy leyendo novela negra. Es el género más cinematográfico.

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