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Los dos acusados del crimen del 'Chaleco' se culpan mutuamente

  • La Fiscalía reclama una condena de 14 años para los dos acusados, cuñados entre sí, que estaban cenando en una pizzería cuando un cruce de miradas provocó una pelea que acabó en el homicidio.

Francisco V. S. y Juan José J. S., los dos jóvenes cuñados que están acusados del crimen de Rafael Pérez, el Chaleco, que murió apuñalado el 5 de agosto de 2012 en la calle Ingeniero Juan de la Cierva, se han culpado este lunes mutuamente de un homicidio por el que se enfrentan a una condena de 14 años de prisión.

Ambos acusados han coincidido únicamente en que un cruce de miradas fue el detonante de los hechos que ocurrieron sobre las 00:30 horas de aquella noche, cuando los dos cuñados se encontraban cenando en una pizzería y se acercó en bicicleta la víctima, el Chaleco, que tenía 30 años. Francisco V. ha relatado ante el jurado popular que ha comenzado a enjuiciarle que no conocía de nada a la víctima y que todo se inició porque al Chaleco “no le gustó  la mirada” de su cuñado Juan José, por lo que comenzó a insultarles. El acusado ha dicho que le pidió “por favor” que se fuera y “respetara que había mujeres y niños”.

El otro acusado, Juan José J., ha explicado que el joven que iba en bici le preguntó si lo conocía de algo, a lo que contestó que no. Acto seguido, el Chaleco se marchó, pero regresó a los cinco minutos, conduciendo un vehículo, y volviendo a insultarlos.

A partir de este momento, las versiones de los dos procesados se contradicen enormemente y ambos se culpan mutuamente del crimen. Según Francisco, su cuñado y el Chaleco se “enzarzaron” en una pelea, en la que se lanzaron puñetazos, y él acudió “a separarlos”, aunque asegura que no participó en la agresión ni cogió ningún cuchillo. Este acusado insistió en que tiró de su cuñado para atrás –porque la pelea se producía con la víctima aún dentro del coche-, aunque dice que no vio que Juan José llevara un cuchillo.

Después dijo que su mujer, que estaba embarazada, sufrió un desmayo y por eso se fueron porque le dio “miedo” por el bebé, montándose en el coche, que conducía entonces Juan José.

Por su parte, Juan José J. S. aseguró que fue Francisco quien se peleó con el Chaleco y admitió que su cuñado llevaba un cuchillo. “Se liaron los dos, vi que metió la mano” por la ventanilla del coche, añadió Juan José, que aseguró que la víctima llevaba unas tijeras en el vehículo.

Este acusado también explicó que, en un momento dado, la víctima se bajó del coche y gritó: “Mira lo que me has hecho”, refiriéndose a su cuñado y levantándose la camiseta. Según Juan José, tenía “miedo” a su cuñado porque éste le ha amenazado enviándole una carta. “Quiere que yo me coma lo que no he hecho”, aseveró Juan José, que añadió que él  no introdujo la mano en ningún momento en el vehículo y que sólo llevaba, al inicio de la pelea, un vaso de cristal del refresco que estaba tomando.

La Fiscalía de Sevilla sostiene que ambos acusados son responsables de la muerte de Rafael Pérez, al que apuñalaron con los “cuchillos de sierra con los que estaban cenando”, hasta el punto de que la víctima no tuvo tiempo de cerrar la ventanilla del coche. Según la Fiscalía, en un primer momento le lanzaron una puñalada al menos cada uno y cuando el conductor se bajó del coche recriminándoles lo que le habían hecho, Juan José corrió hacia él y le dio supuestamente una nueva puñalada, lo que acabó con su vida.

La fiscal del caso pidió en su alegado previo al jurado que no tengan en cuentan las “cortinas de humo” que se van a presentar en la vista oral, en alusión a las tijeras que se encontraron en el coche de la víctima.

La abogada Encarnación Vázquez, que defiende a Juan José J. S., explicó en su alegato que su cliente había consumido “mucha droga” por lo que tenía un estado de “agresividad lo suficientemente fuerte como para iniciar una pelea” y señaló la provocación de la víctima por cuanto pasó una vez en bici e insultó a la familia y luego volvió con el coche para lanzarle nuevos improperios. Según la abogada, “no hubo en ningún momento intención de matar” porque estaban cenando y en todo caso sólo habría intención de agredir o lesionar.

Por su parte, el abogado Marcos García Montes, que defiende a Francisco Vargas, dijo que su cliente no cometió el hecho de la muerte. “No son cortinas de humo, queremos levantar el telón y que se diga que no es culpable”, ha concluido el defensor.

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