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Padrón provincial

La población extranjera en Sevilla retrocede a niveles del año 2009

  • Casi 7.500 inmigrantes han abandonado la provincia ante la falta de prosperidad laboral. Es el tercer mayor descenso que se registra en Andalucía.

Sevilla ha dejado de ser un destino preferente para los inmigrantes. La crisis ha frustrado los planes de muchas familias que habían puesto los ojos en la provincia para labrarse un futuro laboral. En un año casi 7.500 personas procedentes de otros países han abandonado los municipios sevillanos. Así se desprende del último informe -con datos provisionales- del Instituto Nacional de Estadística (INE), que sitúa a esta población en niveles similares a los de 2009, cuando no se alcanzaban ni los 75.000. Dicho retroceso se sitúa en la tónica general de España, aunque con un porcentaje de descenso inferior al de las grandes capitales del país. Sevilla ha registrado la tercera mayor caída de extranjeros en Andalucía durante 2013.

La población inmigrante mengua a pasos agigantados. El desplome de ciertos sectores donde los nativos encontraban con facilidad empleo ha tenido como consecuencia que los ámbitos en los que los extranjeros conseguían sean ocupados por los autóctonos. Esta situación ha conllevado a que los que llegaron a la provincia buscando una inserción laboral regresen a sus lugares de origen o se marchen a otro país. La situación no es ajena al resto de España. En el caso de Sevilla esta precariedad ha provocado que en el último año hayan abandonado la provincia 7.478 extranjeros. Si el padrón de 2013 (a 1 de enero de 2013) fijaba la población inmigrante en 81.854 personas, esta cantidad se ha reducido un 9,14% en doce meses hasta llegar a las 74.376.

Hay que remontarse un lustro para encontrar una cifra similar. Si se analiza el historial del INE, se comprueba que hasta 2012 la población inmigrante no registró signos negativos en su crecimiento. Todo lo contrario. Los efectos de la crisis han tardado en reflejarse en el mencionado colectivo. En 2007 este grupo lo integraban 49.860 personas procedentes del extranjero y empadronadas en los municipios sevillanos. Al año siguiente se produjo un crecimiento del 25%, el más alto de este periodo. En 2009 se llegaría a los 71.993 inmigrantes y en 2010, a los 77.090. Hace dos años se superó la barrera de los 80.000, aunque ya entonces se percibió cierto estancamiento, puesto que el porcentaje de crecimiento fue idéntico al del ejercicio anterior. El año pasado se produjo un retroceso, aunque aún leve (sólo del -0,54%). A lo largo de 2013, sin embargo, este descenso se ha disparado y ha llegado al -9,14%.

¿Qué hay detrás de esta huida? La primera respuesta es fácil: la crisis ha acabado con los sueños de muchos inmigrantes. Pero también hay una contestación más precisa según la nacionalidad de origen de cada uno de estos extranjeros, puesto que en países iberoamericanos se han puesto en marcha políticas para atraer a dicho colectivo que suponen un aliciente para el regreso. Lo cierto es que la coyuntura económica que atraviesa España ha afectado de manera muy grave a quienes un día dejaron su tierra para venir a la provincia a labrarse un futuro. Cáritas, en recientes informes, alertaba de que si esta población ya antes de la crisis sufría serias carencias económicas, éstas han empeorado en los últimos años.

Como se dijo antes, Sevilla no es una excepción a la situación que se vive en España con los inmigrantes. Dentro de Andalucía es la tercera provincia con mayor pérdida durante 2013. A la cabeza se sitúa Jaén, donde el descenso roza el 16%. Le sigue Málaga, con casi un 15% de bajada. En la que menos se ha notado la marcha ha sido Almería, con una merma del 3%. La provincia sevillana, no obstante, se mantiene por debajo de la media regional, que suma una pérdida total del 10,93% de extranjeros. Numéricamente, las poblaciones malagueñas son de las que más inmigrantes se han marchado: 44.395, casi seis veces más que en Sevilla.

En las grandes capitales españolas también se ha sufrido un retroceso del citado colectivo, aunque a una escala menor. Así, según los datos del INE, en Madrid hay 876.493 extranjeros empadronados, es decir, un 8,71% menos que el año anterior, porcentaje que se sitúa cercano al de Sevilla. Más alejado se encuentra el de la provincia de Barcelona, con un 5,66% menos, lo que deja a esta población en 728.291 personas. En toda España el descenso ha sido del 9,84% (algo menor que en Andalucía y unas décimas más que en Sevilla). En todo el territorial nacional se encuentran empadronados 5.000.258 inmigrantes.

Este retroceso no hace sino menguar la importancia de este colectivo en el total de la población sevillana. Con los últimos datos los extranjeros sólo suponen un 3,83% del padrón. Es decir, que por cada 100 personas que viven en la provincia, ni siquiera cuatro proceden de otro país. La representación se sitúa por debajo de la media andaluza. En toda la región los inmigrantes suponen casi el 8% de la población, aunque hay dos provincias que destacan por el alto porcentaje de representación que tienen los extranjeros, como es el caso de Almería, en la que por cada 100 nativos hay 20 inmigrantes, y Málaga, donde suponen el 15,5% de la población. Esta diferencia también indica las posibilidades de desarrollo que albergan estas provincias. En Almería, por ejemplo, la agricultura constituye un polo de atracción, y en Málaga, la Costa del Sol sigue siendo una gran zona de oportunidad laboral casi todo el año.

Por comunidades, las que ostenta mayor proporción es Baleares, en la que este colectivo supone un 18,3%. Le sigue Murcia (14,7%) y la Comunidad Valenciana (14,7%). Por contra, en las que los inmigrantes tienen menor presencia son Extremadura (3,4%), Galicia (3,6%) y Principado de Asturias (4,2%). La mayor pérdida de esta población se registra en Valencia, con 131.366 inmigrantes menos, seguida de Madrid, con 83.628 extranjeros que abandonaron la comunidad.

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