El Arzobispado de Sevilla figura  en el registro desde septiembre de 2009 como propietario al 100% de la Parroquia de San Lorenzo. No hay ningún titular más, pese a que es notorio y está documentado en varias escrituras públicas que la Hermandad del Gran Poder tiene la propiedad de la capilla en la que el Señor recibió culto de 1703 a 1965, que usa actualmente la Hermandad del Dulce Nombre en virtud de un contrato de arrendamiento firmado entre ambas corporaciones ante notario en 1968. Se trata de un caso similar al de la Parroquia de la Magdalena, aunque en este caso no hay constancia -al menos en el Registro de la Propiedad- alguna de ninguna reacción de la cofradía de la Madrugada para hacer valer sus derechos. El Arzobispado de Sevilla inmatriculó el edificio a su favor valiéndose del procedimiento exprés que faculta a la Iglesia Católica a inscribir bienes inmuebles en el Registro de la Propiedad con un mero certificado (artículo 206 de la Ley Hipotecaria).

La propiedad de la Hermandad del Gran Poder sobre esta capilla de la Parroquia de San Lorenzo tiene su origen en la cesión en favor de la corporación por parte de Pedro y Domingo Peragullano,  firmada ante notario el 28 de octubre de 1703. La capilla era entonces de un tamaño muy reducido, por lo que fue ampliándose gracias a las sucesivas cesiones de suelo que fue haciendo la Ciudad de Sevilla a la hermandad para que pudiera ganar espacio hasta alcanzar la configuración actual. La primera cesión fue concedida por acuerdos del Cabildo municipal de abril de 1712 y agosto de 1715, de lo que hay constancia por los documentos firmados por el escribano mayor del Cabildo, tal como narra con todo lujo de detalles el abogado Rafael Duque del Castillo en su libro Apuntes para la Historia de la Hermandad del Gran Poder (Área de Cultura y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla).

Una nueva cesión de  suelo público fue conseguida en 1896, gracias a la cual se pudo construir una escalera de acceso hasta el camarín, bendecida en 1897 por el entonces arzobispo de Sevilla, Marcelo Spínola y Maestre. Duque del Castillo, que fue hermano mayor del Gran Poder, es rotundo al afirmar en su obra: "Que nadie albergue la menor duda de que esa capilla, aunque abra a la Parroquia, es de la propiedad exclusiva de la Hermandad, porque está labrada sobre terreno cedido a ésta". Y añade: "Los archivos de la Hermandad, el General de Protocolos y el Municipal, contienen los documentos originales acreditativos de esa propiedad en la forma en que queda relatada. Propiedad indiscutible y hasta ahora indiscutida, que puede fehacientemente acreditarse y sostenerse ante quien fuere necesario si alguien pretendiera poner en duda cuanto queda dicho".

Esa propiedad fue incluso reconocida por la autoridad eclesiástica con ocasión del arrendamiento de la capilla por la Hermandad del Gran Poder a la del Dulce Nombre, un singularísimo contrato firmado el 26 de marzo de 1968 y elevado a escritura pública el 26 de abril de ese mismo año. Pero en el Registro se han obviado los derechos del Gran Poder y no consta reacción alguna de la hermandad. Sólo figura el Arzobispado como único titular de todo el templo parroquial.