El arzobispo de Sevilla valoró "con emoción y gratitud al Señor" el momento histórico que se vivió ayer en la Plaza de San Pedro. Monseñor Asenjo Pelegrina calificó la ceremonia como "algo hermosísimo" y destacó el hecho de que estuvieran presentes dos papas en la misa. En este sentido, recordó el "aplauso cerrado" que los miles de asistentes tributaron a Benedicto XVI.

Monseñor Asenjo reconoció que se había emocionado "por lo que estaba viviendo" y recordó que había dado gracias a Dios "por ser testigo de tanta hermosura, de tanta belleza, por ser miembro de esta Iglesia". Preguntado por alguna dedicatoria especial en esta jornada, el arzobispo de Sevilla afirmó: "He pedido al Señor que me haga pastor según su corazón, no según mis caprichos, como él quiere". "He pedido mucho -agregó- por la Iglesia en Sevilla, por que seamos fieles a nuestras raíces cristianas y no nos avergoncemos de ellas".

En referencia a Juan XXIII, destacó el "secuestro" al que ha sido sometida su figura por ciertos grupos progresistas, "algo profundamente injusto" a la vista de su trayectoria y su obra. Asenjo recordó con cariño el momento en que sucedió a Pío XII al frente de la iglesia, "cuándo yo era un seminarista de segundo de Bachiller", así como el de su muerte. "La sentí como sí se hubiera muerto alguien de mi familia", precisó.

Sobre Juan Pablo II, con quien compartió numerosos momentos clave en su trayectoria episcopal, moseñor Asenjo recordó sus consejos "de santo" y que durante su visita a España en 2003 fue el encargado de su organización: "Me sentí muy unido al Papa, fue una gracia muy grande trabajar para el Papa", subrayó.