Tras destruir 30.000 empleos a lo largo de 2013 y subir el paro en 17.000 personas la provincia de Sevilla se da un respiro en el arranque del año. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) no son para lanzar las campanas al vuelo -porque Sevilla sigue en una situación dramática- pero al menos la tendencia es positiva. Si España destruye empleo, Sevilla al menos lo crea. Y sí, es cierto que en Andalucía también cae el desempleo pero en Sevilla la razón principal no es la agricultura -que por su propia naturaleza genera trabajo temporal- sino los servicios. 

Así las cosas, el paro cayó en la provincia en 16.100 personas, hasta situarse en 314.400 parados. Es el mayor descenso del número total de parados en un primer trimestre desde que comenzaron las estadísticas, en 1976, y el mayor en términos absolutos desde el cuarto trimestre de 2010. La tasa de paro -que mide el número de parados en relación con la población activa, la que está en disposición de trabajar- también se reduce hasta el 33,85%, 1,4 puntos porcentuales. Hay que hacer notar cuál era el punto de partida: Sevilla cerró 2013 con el número de parados más alto de toda su historia (330.500) y la tasa más elevada de toda la crisis (35,27%), cifras ambas conocidas tras la reformulación estadística de los datos de la EPA para incorporar el censo de 2011. Hay que remontarse al tercer trimestre 1987 para encontrar una tasa de paro más alta, el 36,61%. 

Para medir de verdad si el mercado laboral remonta no es suficiente con el número de desempleados y la tasa de paro. La EPA recoge también el número de ocupados, las personas que están efectivamente trabajando. En este aspecto la evolución es buena también en el primer trimestre, pero no como la del paro. Hay 614.400 personas empleadas en Sevilla, 8.000 más que en el trimestre precedente. A pesar de la mejoría, son 13.900 menos que hace un año, cuando Sevilla encaraba 2013 con 628.300 ocupados. Ya entonces ésta parecía una cifra raquítica. 

El hecho de que evolucione mejor el paro que la ocupación se debe a que la población activa sigue en tendencia descendente. Tras el repunte de final de año, cae en 8.100 personas, hasta las 928.800, y en un año lo hace en 12.900. La gran mayoría de los que abandonan la actividad son hombres, lo que hace pensar en un éxodo, sobre todo, de inmigrantes. 

Por sectores, es servicios el que crea más empleo en términos absolutos (5.000 ocupados más), mientras que la agricultura genera 2.100 (muy lejos de los espectaculares incrementos en Córdoba y Jaén) y la industria repunta algo (2.300 personas). En el plazo de un año, sin embargo, servicios ha destruido 15.200 empleos. Sólo la agricultura (800 empleos más) y la industria (4.100 más) mejoran.