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Sevilla

El contrabando de tabaco reduce la venta legal a la mitad

  • Los estanqueros inician una campaña de alerta ante el desmesurado auge del mercado negro. El sector pierde más de mil empleos desde 2010.

La venta legal de tabaco se encuentra en uno de los momentos más bajos de su historia. Acosados por el incremento brutal del contrabando y agobiados por la subida de los precios y los estrictos márgenes en los que se mueve el sector, los estanqueros han iniciado una campaña para lanzar un mensaje de SOS. Hay estancos que han empezado ya a cerrar o han sido traspasados y se han perdido ya cientos de empleos. La provincia de Sevilla es una de las que más sufre estas pérdidas de toda España y en ella la venta ha caído una media del 50%, según indicaron a este periódico fuentes del sector.

En los próximos días, los estanqueros atenderán sus negocios con camisetas con la leyenda Alerta, NO al contrabando de tabaco. Además, colgarán carteles con los colores distintivos del sector, en los que puede leerse frases que instan a los clientes a comprar sólo en los puntos autorizados, es decir, los estancos y las máquinas expendedoras. Todo lo que sea venta en mano en otros lugares es ilegal.

Para los estanqueros, el año 2010 fue un punto de inflexión. Desde entonces el contrabando de tabaco ha adquirido un enorme auge, especialmente en Andalucía. Tanto que se han detectado más de mil puntos de venta ilegales en Sevilla, lo que supone casi tres veces más que el de establecimientos legales. El tabaco se vende de manera clandestina y sin control en pisos, en la calle a plena luz del día, en tiendas regentadas por chinos, en puestos de venta ambulante, en algunos quioscos y hasta en fruterías de barrio...

Fuentes del sector consultadas por este periódico achacan el crecimiento del contrabando a la tolerancia por parte de las autoridades, que apenas controlan la venta ilegal. "No entendemos cómo nosotros estamos sometidos a un control tan estricto que nos puede caer una multa mínima de 12.000 euros por una variación de céntimos en un precio, y luego nadie controla que en la calle se le pueda vender tabaco a un menor, por ejemplo", denunciaron las fuentes.

Los estanqueros lamentan que ni la Junta de Andalucía ni el Ayuntamiento ni Hacienda se preocupan de vigilar la venta de tabaco. "Una persona que vende tabaco en la calle puede incurrir hasta en cuatro infracciones: una por la venta ambulante, otra de sanidad, un fraude fiscal y el contrabando. Pero las autoridades son excesivamente permisivas", se quejan. Dicen que sólo la Guardia Civil, y con escasos medios, lucha en España contra el contrabando de tabaco.

La red de distribución de las mafias es enorme. A la hora que cierran los estancos, es más fácil adquirir una cajetilla ilegal que una legal. Hay barrios de Sevilla en los que se pueden ver vendedores callejeros, con un carrito de la compra repleto de cajetillas. En otras zonas se vende en pisos. Para evitar las quejas de los vecinos por el continuo trasiego de personas por el ascensor y las escaleras, utilizan un cubo y una cuerda para entregar el tabaco por el balcón.

"Cuando alguien llama a la Policía, ésta no hace nada. En la sociedad hay una cierta conciencia de que estas personas se tienen que ganar la vida de alguna forma y de que no están cometiendo ningún delito", explican. Según la ley, que se cambió para mejora del contrabandista, delito no es hasta que la cantidad supera los 15.000 euros. "Esto lo saben los vendedores ilegales y, si alguna vez se les sorprende, rara vez llevan más de 15.000 euros".

Los estanqueros hacen un llamamiento a la sociedad para intentar cambiar esa percepción. "Vendemos un producto legal y pagamos un elevado porcentaje de impuestos. Con el dinero que obtenemos se pagan alquileres, hipotecas, un canon al comisionado y también a los empleados. El crecimiento del contrabando ha hecho que hayan sido despedidas más de mil personas en los últimos años en Sevilla y provincia. Los estanqueros no somos unos privilegiados, tenemos una concesión administrativa por 30 años y estamos sometidos a controles muy rígidos".

La Asociación de Estanqueros de Sevilla solicitó hace más de dos meses una reunión con el alcalde, Juan Ignacio Zoido, para exponerle el problema y pedirle que la Policía Local haga algo contra la venta ilegal de tabaco. El presidente de esta asociación, Fernando Romero, lamenta que todavía no tengan fecha para este encuentro, pese a la urgencia del sector. Según los datos de esta asociación, en Sevilla las ventas han caído al 50% y en algunos barrios y municipios de la provincia esta caída se ha desplomado, llegando a veces hasta el 70%".

Los estanqueros no pueden competir con los contrabandistas. De cada cajetilla que se vende legalmente en España el 80% son impuestos directos. El 20% se reparte entre el distribuidor, el fabricante y el vendedor, que también tienen que pagar sus tasas. En Gibraltar, por donde entra buena parte del tabaco ilegal, los impuestos son del 1%. El contrabandista tiene, por tanto, un margen del 79% para abaratar el precio, algo que para el vendedor legal es imposible.

A esto se une que el precio del tabaco sube con cierta frecuencia. "La UE entiende que subiendo el precio del tabaco cae el consumo. Eso en realidad no es así. Subiendo el precio del tabaco lo que cae es la venta en los estancos, son pocos los que dejan de fumar", insisten los estanqueros consultados por este periódico, que prefieren permanecer en el anonimato por temor a represalias. Es fundamental para ellos que se pudiera ofrecer alguna marca a precio barato para poder competir con ciertas garantías contra los contrabandistas.

Ninguno de ellos entiende que las administraciones no hagan prácticamente nada por reducir el contrabando, cuando su sector supone unos ingresos muy cuantiosos a las arcas públicas. El año pasado, por ejemplo, el Estado dejó de ingresar mil millones de euros por la caída de las ventas del tabaco. "O al Estado le sobra dinero, o lo ingresa por otra parte, o hay alguna clave oculta que desconocemos para que luchen contra esto".

En Andalucía la media de la caída del sector está en el 38%, según los datos que aportó esta semana la directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis, Rocío Ingelmo, en una conferencia en Granada. Ni esta provincia ni Jaén sufren demasiado el contrabando, con índices del 4%. Pero Sevilla, Córdoba, Málaga, Cádiz y Huelva superan con creces el 40%. Los estanqueros sevillanos suben la cifra que da Altadis hasta el 50%.

Una de las claves de por qué Sevilla está tan afectada por este problema es porque la red de distribución de las mafias está muy asentada desde hace años, mucho antes de la eclosión de la venta ilegal. Antes del año 2010, eran mafias del sur de España las que se encargaban de llevar el tabaco de contrabando al Reino Unido. Ahora, el negocio está en Andalucía y a los contrabandistas no les hace falta exportar para que su negocio sea muy rentable. Incluso los estanqueros advierten de que muchas de las mafias del tabaco proceden del tráfico de drogas y se han reciclado, ya que traficar con tabaco tiene penas muy inferiores a hacerlo con estupefacientes.

Los estanqueros coinciden en que en la provincia la situación es todavía más grave. En determinados pueblos de la Sierra Sur, el contrabando supera el 70%. El tabaco ilegal que llega a Sevilla no sólo procede de Gibraltar. También entran contenedores llenos de esta mercancía a través de puertos como el de Valencia o el de Algeciras. Incluso al mismo puerto de Sevilla. Desde ahí se distribuye no sólo por Andalucía sino por toda Europa.

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