La Policía Nacional atribuye entre 500 y 600 robos en domicilios a la banda de georgianos desmantelada el pasado viernes en Sevilla. La organización llevaba operando en la capital andaluza desde hace aproximadamente un año y medio, y contaba con delincuentes muy especializados, capaces de abrir cerraduras sin dejar rastro en apenas medio minuto. A esta banda se le han podido acreditar por el momento doce robos, todos ellos por el material que la Policía ha encontrado en los registros, si bien esta cifra debe ser mucho más alta a medida que avancen las investigaciones. Por el modus operandi empleado para abrir las puertas, la Policía cree que la banda podía desvalijar una media de 30 pisos al mes, de ahí que la cifra de asaltos pueda superar el medio millar. 

La operación, denominada Esparta y dirigida principalmente por el Grupo de Robos de Sevilla, con la colaboración de otras unidades como la Udyco central, se ha cerrado con 26 detenidos, 19 de ellos en Sevilla y localidades limítrofes y 7 en Madrid. Casi todos son de nacionalidad georgiana, salvo un griego y un armenio, y la mayoría tienen antecedentes. 

Dieciocho de los detenidos fueron puestos ayer a disposición del juzgado de Instrucción 9 de Sevilla, en funciones de guardia. La decimonovena es una mujer que fue detenida sólo por estancia irregular y puesta en libertad por la Policía. A primera hora de la noche, el juez decretó el ingreso en prisión preventiva de los 18 arrestados, a los que se les imputan los cargos de robo y también de pertenencia a banda armada, según informaron fuentes judiciales. La organización queda así desmantelada por completo, con el cabecilla y todos sus miembros en la cárcel. 

El grupo era itinerante, pero tenía varios pisos francos en el extrarradio de Sevilla. Solían dividirse por parejas para cometer los robos. Los ladrones venían a Sevilla, se instalaban unos días en los pisos francos y cometían varios robos, hasta que consideraban que podían estar levantando las sospechas de la Policía o del vecindario. Entonces se marchaban a otra ciudad y eran reemplazados por otras parejas. Entre los detenidos hay algunos que habían llegado esta misma semana desde Bilbao. 

Los delincuentes utilizaban dos métodos para abrir las cerraduras sin forzarlas ni dejar rastro en ellas. El sistema más conocido es el bumping, que consiste en introducir una llave maestra de determinada marca y modelo en la cerradura y darle golpes con un martillo de goma hasta que se abre. Para ello recorrían a pie a diario varios kilómetros examinando qué pisos tenían cerraduras de las marcas y modelos de sus llaves maestras. También manejaban a la perfección el impresioning, consistente en introducir unas varillas de aluminio deformables en la cerradura hasta conseguir un molde de la llave y poder obtener una copia ilegal de la misma. Los delincuentes manejaban ambas técnicas a la perfección. Entre su pertenencias halló la Policía varias cerraduras de distintas marcas con las que se entrenaban continuamente. 

Tras tener conocimiento de que el pasado viernes coincidían 19 miembros de la banda en Sevilla, los investigadores decidieron intervenir. En la capital andaluza se registraron dos viviendas, otras cuatro en tres localidades del extrarradio (Espartinas, Camas y Brenes) y dos más en Madrid. En estos registros, los investigadores se han incautado de numerosos últiles de cerrajería, una máquina para copiar llaves, documentación falsa, 300 joyas y dinero en efectivo. También tenían una máquina para detectar oro, para así desechar las joyas que no fueran de este metal antes de revenderlas ilegalmente. Entre los efectos recuperados hay aparatos electrónicos como ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos móviles. Todo este material fue expuesto ayer en la Jefatura Superior de Policía, donde la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, y el jefe superior, Francisco Perea, informaron de los detalles de esta operación.