Sevilla

Princesa y su ángel de la guarda

  • Una voluntaria de la Cruz Roja de El Viso del Alcor atiende a un bebé que llegó sin compañía en una patera a Tarifa La niña ya tiene familia de acogida

María de los Ángeles García Fierro es una joven de El Viso del Alcor voluntaria de la Cruz Roja. Aprovechó su semana de vacaciones para desplazarse a Tarifa a ayudar en la operación Paso del Estrecho. El pasado martes, el día de la oleada masiva de inmigrantes se encontraba allí atendiendo a quienes llegaban en patera cuando descubrió, con sus compañeros, a una niña que viajaba sola.

Era un bebé de aproximadamente diez meses de edad, del que nadie sabía nada. Sólo un hombre que venía en la patera pudo explicar en francés a los voluntarios que la niña viajaba con sus padres, a los que la Policía no dejó pasar. El hombre logró arrebatar la cría a sus padres para que ésta pudiera llegar a España. Pero no la conocía de nada.

La voluntaria visueña se encargó de atenderla. "La niña venía con hipotermia, tiritando y con fiebre. Decidimos quitarla de allí y yo me la llevé a la asamblea de la Cruz Roja en Tarifa y estuve todo el día con ella, hasta que le bajó la fiebre y se recuperó", explicó ayer María de los Ángeles García a este periódico. "Un periodista de El País vino a hacerme una entrevista y me preguntó cómo se llamaba. Le dije que no lo sabía, pero que yo llevaba todo el día llamándola 'mi princesa'. Y parece que le iban a llamar María pero al final la familia de acogida le ha dejado el nombre de Princesa".

La pequeña ya tiene una familia de acogida, con la que permanecerá hasta que sus padres la reclamen. Está en perfecto estado de salud y bien atendida. La voluntaria cuenta que en la patera venían varios niños, pero todos con sus madres. "Era una niña subsahariana, como todos los que venían en la patera. No sé de dónde exactamente eran, pero sí que todos hablaban francés. Yo no hablo francés y no sé muy bien lo que le contaban a nuestro intérprete", explica esta mujer.

García Fierro trabaja para el Ayuntamiento de El Viso del Alcor, en el que forma parte de la atención a las personas dependientes. Su trabajo diario es cuidar a personas mayores. Su vocación de servicio es tal que pasa las vacaciones en el Estrecho atendiendo a los inmigrantes. "Es algo que me encanta, me volvería a ir otra vez, a pasar 48 horas seguidas allí. Si no me voy otra vez, es porque tengo familia y tengo que atenderla también", relata. La voluntaria está casada y tiene dos hijos, de 15 y 10 años. La pequeña Princesa no es hija suya, pero seguro que su experiencia con ella la marcará de por vida.

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