La presencia de inmigrantes en la provincia sigue menguando. La falta de oportunidades laborales les obliga a mudarse a otros puntos de la geografía española, a intentar buscar un futuro más próspero en otro país o a volver a sus lugares de origen. Esta tendencia, que se inició con la crisis, contrasta con otra que se produce entre los que se quedan: cada vez son más los que obtienen la nacionalidad española. Los datos de 2013 evidencian esta teoría, pues en un solo año se han nacionalizado como españoles más de 5.000 extranjeros que residían en algún municipio sevillano. La cifra es la más alta que se ha registrado en la última década.

El informe del Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) desvela que la concesión de este tipo de certificado se ha disparado el último año en la provincia de Sevilla hasta situarse en las 5.030. Esta cantidad nada tiene que ver con las que se han registrado en ejercicios anteriores. Sólo hay que echar la vista atrás para su constatación. Diez años antes el número de extranjeros que se nacionalizaban viviendo en Sevilla era de 364. También es cierto que en aquel entonces era más reducido el número de inmigrantes que residían en la provincia.

Desde aquel año la cifra ha ido en aumento y sólo ha conocido un retroceso en 2011, lo que vaticinaba que a partir de entonces comenzaría una disminución. Todo lo contrario. En 2012 la concesión de dicho certificado volvió a incrementarse y un año después ha experimentado un crecimiento bastante espectacular al rozar el 150%.

Dicha concesión requiere que el solicitante obtenga la certificación de buena conducta cívica, para lo que hay que tener un currículum prácticamente impoluto en cuanto a historial delictivo. Durante 2013, de los nacionalizados en Sevilla, 3.554 acreditaron vivir en algún municipio de la provincia al menos dos años, es decir, más del 70% de los que habían logrado el certificado. Otros 380 lo hicieron por residir durante una década en territorio español. Por haber nacido en España y ser hijo de inmigrante se nacionalizaron 482 y por casarse con algún español, 589.

Por tramos de edad, el más numeroso lo conforman los que tienen entre 25 y 34 años, con 1.534 nacionalizados, y en segundo lugar, los que oscilan entre los 35 y 44 años, con una cifra muy similar, 1.513. Es decir, se trata de edades en las que existe un mayor grado de posibilidad de lograr una inserción laboral, por lo que este certificado puede facilitar la obtención de un empleo. También es destacable el número de los que logran la nacionalidad con las edades más tempranas, puesto que muchos de ellos han nacido durante la estancia de sus padres en Sevilla y suponen una nueva generación en igualdad de derechos con el resto de los españoles.

Por nacionalidades, el grupo más numeroso de los que se han nacionalizado procede de Bolivia, que representa casi el 22% (un total de 1.105). Le siguen los colombianos, que suponen el 15,46% (777). Los marroquíes también son un grupo importante, pues fueron 631 los que obtuvieron el certificado (12,5%). El cuarto y quinto puesto los ostentan los peruanos (10%) y los ecuatorianos (9%). Llama la atención que los rumanos no tengan apenas representación en la obtención de la nacionalidad española.