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Sevilla

Cuando la vuelta al mundo es el finiquito

  • Una pareja de periodistas en paro decidió cumplir su sueño de dar la vuelta al mundo Vivir viajando les salía más barato que los gastos cotidianos en Sevilla

Tres continentes, 20 países, nueve meses, 20 euros por día y cumplir un sueño. Éste fue el planteamiento que siguieron José Pablo García y María José Morón, una pareja de periodistas que se quedó en paro en verano del año pasado. En ese punto de sus vidas, calcularon que un año de vivir en Sevilla buscando trabajo era más caro que dar la vuelta al mundo. Claro, si lo hacían desde la alternativa low cost. Con los ahorros que tenían y alguna que otra ayuda, salieron a la aventura. Así nació, hace un año, su proyecto A tomar por mundo, en el que se propusieron cumplir su sueño de dar la vuelta al globo y además hacerlo con un presupuesto reducido. Plantearon esta aventura como un posible medio para encontrar trabajo. Durante el viaje colaboraron con algunos medios y él ya tiene trabajo aquí.

En julio de este año, nueve meses después de su partida, lo han conseguido. Para mantener informados a sus seguidores durante la aventura, colgaban sus peripecias en la página web que habilitaron. Publicaban fotos, vídeos y consejos de viaje para cada punto del mapa. Al final, han conocido gran parte del mundo, entre América, Asia y Oceanía. En Indonesia, casi al final del viaje, pusieron el broche de oro a su aventura y se casaron. Fue en Gili Air, la isla del agua, y su baile nupcial fue una sevillana.

Los dos jóvenes explican que el viaje ha sido una experiencia increíble. Todo son buenos recuerdos: "Si ha habido algo malo, se me ha borrado de la cabeza". Ella reconoce que si esta aventura ha sido posible, ha sido gracias a la amabilidad que se han encontrado. "Por encima de todos los lugares me quedo con las personas. En todo el mundo la gente es buena, nos han acogido sin pedir ni esperar nada a cambio".

Para abaratar costes, se alojaban en casas de amigos o conocidos, sobre todo, en Latinoamérica. También utilizaban una plataforma internacional de couchsurfing para alojarse en casas particulares. "Las ventajas de este sistema, además de hacer un viaje más económico y de conocer gente, es que tienes guías autóctonos". Para un viajero, esto es una garantía para conocer lo mejor y lo más auténtico de cada sitio. "Siempre probabamos comida local, que es más rica, más auténtica y más barata que cualquier otra cosa".

En cuanto a anécdotas de viaje, él confirma que son más frecuentes cuanto más se distancian las culturas. Destacan su estancia en China, donde la gente quería hacerse fotos con ellos. En el sur del país, que es una región muy rural donde los hombres son imberbes, todos se sorprendían mirando a José Pablo García, que tenía una barba muy poblada. Las mujeres le miraban, como si no se lo creyeran. "También me agarraban el pelo del pecho, para comprobar cómo era aquello".

La pareja aprovechó también la ocasión para investigar la situación laboral en los países que visitaban. Al parecer, los más demandados en todo el mundo son los ingenieros. En cuanto al periodismo, donde más oportunidades han visto es en Ecuador y en Chile. "Nueva Zelanda y Japón también tienen mucho movimiento laboral, pero sus legislaciones son muy complicadas", explica José Pablo.

La conclusión de sus experiencias es que viajarían de nuevo a todos los países. "Si hay algún sitio al que no volveríamos como turistas es a Nueva Zelanda. Hay mucha calidad de vida si vives y cobras allí, pero es indecentemente caro". Su lugar preferido, el Salar de Uyuni, en Bolivia. El periodista apunta: "Sobre todo volvería a los sitios donde hemos sido felices, en el archipiélago de San Blas en Panamá, o en Gili Air". El truco, según ellos, perderse para conocer, preguntar a los locales, comer, dormir y vivir como ellos.

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