Tras cinco denuncias del bar Alcázares contra la empresa Sacyr que gestiona el edificio de la Encarnación Metropol Parasol y tres años padeciendo la pérdida de clientes por los chorros de aire caliente malolientes que afectan al negocio, la delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento aseguró ayer a Diario de Sevilla que ha puesto "una sanción con apercibimiento de cierre" a Sacyr por la ilegalidad de sus rejillas laterales de salida de aire caliente.

Como adelantó este periódico el pasado 4 de agosto, las rejillas del aire acondicionado de las setas incumplen la ley al estar a pie de calle, a la altura del peatón, en lugar de a los 2,25 metros de altura respecto al suelo que marca el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Igualmente, las rejillas Endesa de expulsión del centro de transformación también incumplen el PGOU al estar orientadas hacia el suelo, en lugar de hacia arriba.

Medio Ambiente sostiene que en su sanción advierte a Sacyr que, "si no corrige estas irregularidades en un plazo dado, precintará la instalación de los aires". El Ayuntamiento no especifica qué plazo ha dado a la empresa para subsanar la situación ni en qué consiste la sanción.

La constructora Sacyr aclaró esta semana que está "trabajando con el Ayuntamiento para buscar una solución" a estas rejillas irregulares y que "no olvida" el asunto. Endesa, por su parte, afirmó que "esta semana espera solucionar la orientación de las rejillas en colaboración con el Ayuntamiento", en referencia a la semana actual que acaba este domingo 24 de agosto.

Hasta ahora la única respuesta municipal al calvario del empresario Jaime de Navascués, dueño del bar Alcázares, tuvo lugar el 19 de marzo de 2014, cuando el jefe de servicio de Protección Ambiental, Alfonso Pinto, dictaminó que Sacyr, como responsable del complejo de las setas, tenía "el plazo de un mes" para corregir y adaptar sus instalaciones de salida de aires que incumplen el PGOU. Y avisaba de que si incumplía la orden tras un mes, eso daría lugar "a la iniciación de un procedimiento sancionador".

El dueño del bar Alcázares puso su quinta denuncia el pasado 7 de agosto ante Medio Ambiente y Urbanismo exigiendo "que se haga cumplir el PGOU con la clausura inmediata de la maquinaria y que se consideren los perjuicios económicos" que su negocio está sufriendo y "que reclamará".

Navascués calcula unas pérdidas diarias de 400 a 500 euros por las 30 a 40 mesas de sus veladores que dejan de llenarse a cuenta del aire caliente y los malos olores que tiene justo enfrente. "El aire da en la fachada y entra por la puerta del bar", se queja.