Sevilla

Una comisaría a medias

  • La oficina de la Policía en el Patio de Banderas recibe apenas una denuncia al día El despacho de la fuerza municipal sigue sin ordenador y no hay un intérprete oficial

Un mes después de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, inaugurara la comisaría del Patio de Banderas, el edificio se ha convertido en poco más que una oficina sin uso. La comisaría apenas recibe una media de una denuncia al día y los policías que están en ella se pasan el turno prácticamente de brazos cruzados. En el caso de la Policía Local, por ejemplo, que cuenta con un despacho en el edificio, ni siquiera tienen un ordenador.

Según informaron a este periódico fuentes sindicales, la comisaría no dispone de un intérprete oficial, como anunciaron el Ayuntamiento de Sevilla y el Ministerio del Interior durante el acto oficial de inauguración. El supuesto intérprete es simplemente una persona que trabaja para el Consorcio de Turismo que maneja varios idiomas, pero no un traductor jurado, que debería ser lo reglamentario ante denuncias que, en la mayoría de los casos, terminarán siendo luego objeto de una investigación policial y judicial.

En la oficina hay únicamente un agente de la Policía Nacional, encargado de recoger las denuncias de los turistas que hayan sido víctimas de algún robo en la zona monumental de la ciudad. Sin embargo, si un residente en Sevilla necesita presentar una denuncia, se le deriva a otras comisarías del Cuerpo Nacional de Policía. La más cercana es la de la Alameda de Hércules. Una de las ventajas que vendió el Gobierno de esta oficina, cuyo nombre oficial es Servicio de Atención al Turista Extranjero (SATE), es que facilitaba mucho las cosas al visitante al estar en la zona más frecuentada por los turistas. De esta manera, no había que mandar al visitante a que se cruzara el centro para llegar hasta la comisaría de la Alameda. Si el denunciante es vecino de Sevilla, carece de esta ventaja.

La comisaría no tiene ya ni siquiera los cuadros y adornos con los que se inauguró, ya que éstos fueron cedidos por la Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental para el acto oficial de apertura. La sede policial del Patio de Banderas fue inaugurada el 22 de julio, con un retraso de un año sobre el plazo anunciado. Unas horas antes de la visita del ministro del Interior, los pintores terminaban de cubrir con pintura blanca los desconchones del pasaje de entrada al edificio. Cuando llegaron a la puerta, se acabó la pintura, el tiempo o el dinero, y el resto de la pared se quedó sin pintar. Los encargados de protocolo, hábilmente, taparon el problema a la vista colocando dos carteles publicitarios, uno de la Policía Nacional y otro de la Local. Pero el ministro se fue y los carteles se retiraron, dejando de nuevo las pequeñas grietas a la vista de cualquier visitante que se adentrara en la bóveda de acceso a la comisaría.

Tanto Jorge Fernández Díaz como el alcalde, Juan Ignacio Zoido, destacaron la apertura de esta oficina como estratégica para la atención a los turistas. En teoría, desde esta comisaría se atendería en cinco idiomas y se pueden facilitar gestiones a aquellos visitantes que sean víctimas de algún robo. Cancelaciones de tarjetas de crédito, contactos con las embajadas o consulados de sus países de origen o la recuperación de sus billetes de vuelta son algunas de estas gestiones fundamentales que se prestarían desde el Patio de Banderas.

Su ubicación en el corazón de la Sevilla monumental dotaría a la comisaría de un plus añadido para proteger a los turistas. Esta zona del centro es especialmente segura, ya que la Policía Nacional y la Policía Local cuentan con grupos especializados en la vigilancia tanto del conjunto patrimonial de la ciudad como de sus visitantes. La delincuencia que sufre el centro es de baja intensidad, generalmente compuesta por carteristas que se infiltran entre los grupos de turistas para hurtar carteras, bolsos o teléfonos móviles.

La oficina se ubica en una de las casas propiedad del Estado en la que ya estuvo la sede de la comisaría del distrito Centro de manera temporal durante los años que estuvo esta zona de la ciudad sin ningún edificio de la Policía Nacional. La Gavidia tuvo que cerrarse por riesgo de derrumbe y aún no se había iniciado la construcción de la comisaría de la Alameda de Hércules, que se levantó en el año 2005.

La pequeña oficina del Patio de Banderas dio servicio al centro en una época en la que todavía la Dirección General de la Policía había habilitado una página web con cita previa para renovar el DNI y el pasaporte. Cientos de personas esperaban la cola para actualizar su documentación a las puertas del Patio de Banderas, sobre todo en los meses de verano.

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