Sevilla

La crisis dispara un 80% los casos de fraude en el suministro de agua

  • Emasesa triplica el número de inspectores y potencia las medidas para impedir la manipulación de contadores y otras artimañas habituales

La factura del agua no es precisamente una de las más gravosas en la economía doméstica. Un reciente estudio de equivalencias del precio de este recurso básico con otros artículos llega a la conclusión, por ejemplo, de que un día de consumo de agua vale lo mismo que una barra de pan, dos días equivalen a una caña de cerveza, tres a un desayuno y nueve a una entrada de cine. Tras 1.200 encuestas, el mismo estudio revela que sólo el 3,4% de los clientes consideran necesaria una bajada de las tarifas. El agua no se percibe como cara, pero aún así se han disparado los casos de fraude. La crisis se cita como la principal causa. Emasesa deja de facturar agua no sólo porque haya fugas (para eso se está en continua renovación de las redes) sino porque hay quienes se enganchan a la red de suministro sorteando los contadores o los manipulan directamente. Emasesa ha redoblado las inspecciones, lo que ha contriubido también a que afloren casos de fraude.

Con anterioridad a 2013, cada año se producía una media de 760 casos de fraude. En 2013 se alcanzaron 1.394, lo que supone un aumento del 80%. En lo que va de 2014 ya se han detectado 650 casos. Todo indica que la crisis ha provocado que muchos ciudadanos traten de ahorrar euros en la factura del agua, a pesar de su bajo coste en comparación con otros gastos domésticos. La compañía metropolitana también apunta a que salen más casos a la luz porque se han redoblado las tareas de inspección.

El fraude no se produce sólo en zonas consideradas "humildes" de la ciudad, según explican los técnicos. Es una irregularidad que se detecta en barrios muy diversos. "Si nos centráramos solo en las zonas de menor estatus económico estaríamos cometiendo un grave error". Baste un ejemplo: la cantidad de fraudes que se han detectado en campañas especiales practicadas en zonas residenciales de chalets con piscina es muy elevada. Emasesa asegura que se peinan todas las poblaciones abastecidas sin distinción.

La empresa ha triplicado el número de inspectores facultados para labores de lucha contra el fraude. Actualmente, más de cien técnicos están habilitados en función del Reglamento de Suministro y acreditados ante los organismos competentes para visitar e inspeccionar las instalaciones de Emasesa.

De hecho todo el personal que Emasesa tiene en la calle para la lectura de contadores, en labores de revisión o renovación de estos medidores, y en tareas de conservación o mantenimiento, realiza a su vez funciones de inspección y de alerta de posibles usos ilegales o irregulares. Emasesa realiza más de un millón y medio de lecturas al año, entre las periódicas para facturar y las realizadas fuera de estos circuitos para revisión en los casos que se detectan incidencias. A estas lecturas hay que sumar más de 60.000 intervenciones por revisión, renovación de contadores, e inspección de instalaciones.

La empresa también dispone de cada vez mayor capacidad de análisis de datos. Esto permite detectar evoluciones anómalas del consumo registrado, promedios sospechosos con los datos del número de habitantes que figura en el contrato. Además de estos valores que pueden parecer más o menos obvios, la tecnología actual de los contadores y de los sistemas de información permite analizar datos como los tiempos de funcionamiento e incluso información almacenada en los propios contadores que se registra cuando se realiza un intento de manipulación de los aparatos. Para los casos donde se registran una o varias anomalías, se inspecciona la finca en un momento en que no esté prevista la visita periódica para la toma de lectura -hay clientes que tienen esto en cuenta para evitar la detección de los fraudes- y así aumenta mucho la probabilidad de que se pueda documentar reglamentariamente el fraude en la inspección, tomar las pruebas necesarias y eliminar los elementos defraudatorios. Estos análisis, además de esas visitas, dan lugar a campañas por sorpresa en zonas concretas donde se sospecha puedan existir "bolsas concentradas de fraudes". Una campaña tipo es aquella en la que tras la inspección de 5.000 suministros se hallan 150 casos de fraude, lo que supone un índice de irregularidades del 3%.

La compañía valora muy favorablemente un proyecto de investigación realizado en colaboración con la Escuela de Ingenieros de Sevilla que consiste en la obtención de un algoritmo matemático para la detección de posibles situaciones de fraude en función de los datos acumulados en los sistemas informáticos.

Emasesa asegura que cuenta con la colaboración de vecinos que cumplen puntualmente con sus obligaciones como clientes y que avisan a través de los distintos canales abiertos de situaciones de fraude de las que tienen conocimiento. La compañía afirma que denunciar situaciones de fraude supone hacer un favor al conjunto de la ciudadanía. "Llamamos la atención en este punto sobre la naturaleza pública de esta empresa, donde no se persigue lucro sino la prestación los más eficiente posible de los servicios de abastecimiento y saneamiento. Bajo este esquema de funcionamiento las tarifas se establecen con el objetivos de obtener los ingresos justos y necesarios -ni más ni menos - para prestar el servicio en buenas condiciones".

Las conductas defraudatorias suponen un perjuicio para el conjunto de los clientes si la compañía no es capaz de detectarlas, remediarlas y liquidar a sus responsables los consumos "distraídos maliciosamente". Emasesa recalca que cumple con su obligación al luchar contra el fraude para no repercutir a los clientes que sí pagan su factura los perjuicios económicos provocados por los defraudadores.

Emasesa, por motivos obvios de seguridad, considera que no es conveniente hacer publicidad de las "múltiples artimañas" usadas por los defraudarores. La compañía asegura que sea cual sea el modo de fraude elegido, la inmensa mayoría de los casos se detectan y se castigan con una media de mil euros sin tener que recurrir a la vía penal. El reglamento aplicable a estos casos es muy claro a la hora de atribuir la responsabilidad por los fraudes, por lo que las típicas excusas que suelen manifestar los defraudadores son mayoritariamente desestimadas, primero por Emasesa si es quien recibe las alegaciones y luego por los servicios competentes de la Junta de Andalucía en los casos en los que se presentan escritos de reclamación solicitando la anulación de los expedientes.

Los tres fraudes más comunes

1.Proveerse del servicio sin contrato en vigor

Suele ser el caso de clientes que en su día sí tuvieron contrato pero que fueron dados de baja por impagos en la factura o por la comisión de ilegalidades.

2.Manipulación de los contadores

Son clientes con contrato en vigor que optan por manipular los medidores de consumo para que la factura final registre un importe menor. Hay muchos casos en los que la manipulación se hace en horas punta de consumo: a primera y a última hora del día.

3.Derivación de caudales antes del contador

Son clientes que, contando con la colaboración de fontaneros, cambian el recorrido del aguapara que no pase por el punto donde está el medidor. Contra este fraude en particular son muy útiles las microcámaras.

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