La provincia de Sevilla lidera los índices de contrabando de tabaco en España. Según los datos correspondientes al primer semestre del año 2014, la venta legal de cajetillas ha caído un 6,86% en Sevilla sólo en este periodo. Únicamente la provincia de Cádiz, con un descenso del 5,89%, tiene unos datos que se acercan mínimamente a los de Sevilla. En el resto de provincias andaluzas y españolas la caída de las ventas es más moderada, por debajo del 3% de media. En euros, los vendedores de tabaco sevillanos han ingresado un 4,46% menos que el mismo período del año anterior.

Esta estadística confirma la tendencia iniciada en el año 2010. Desde entonces, los estancos sevillanos han sufrido una caída global de las ventas de en torno al 50% de media, que llega a superar el 70% en algunos pueblos de la provincia. Son varios los negocios que se han traspasado y también hay otros que han pedido cierres temporales por no poder afrontar los gastos. En otros muchos la reducción de los ingresos se ha traducido en la pérdida de puestos de trabajo.

Tras varias campañas de concienciación social contra la compra de tabaco de contrabando, los estanqueros de la provincia se están planteando dar un paso más en su política de presión para luchar contra la venta ilegal, de cuyo aumento responsabilizan en parte a las grandes compañías tabaqueras multinacionales, que en la práctica manejan el mercado como un oligopolio.

Según fuentes del sector consultadas por este periódico, los vendedores de tabaco están estudiando realizar una especie de boicot a las compañías. Esta medida consistiría en no hacer promoción de las marcas y no aceptar que éstas envíen azafatas a los estancos para publicitar sus productos. De esta forma pretenden que las grandes multinacionales pongan más celo en la vigilancia sobre aquellos países a los que venden tabaco (principalmente Gibraltar y algunos países africanos con escasa fiscalidad), que termina llegando a España por la vía del mercado negro.

El 40% del contrabando corresponde a marcas blancas, que se empiezan a dar a conocer en el mercado ilegal para luego captar clientes y generar una demanda, de manera que terminen siendo vendidas en los estancos. El otro 60% del contrabando corresponde a tabaco de las grandes marcas. Los estanqueros, cuya asociación celebra una asamblea en los próximos días, aseguran sentirse "encarcelados" entre las rígidas leyes e impuestos a los que están sometidos y los fabricantes, que "venden sin miramiento a otros países para terminar introduciendo el producto en España por la vía del contrabando".

"Los estancos vivimos del mercado nacional, mientras los fabricantes, es decir, las multinacionales, viven del mercado internacional. Les da lo mismo lo que vendamos en España", aseguraron fuentes del sector. Los estanqueros lamentan que no puedan competir con un producto barato que pueda permitirles unos mayores márgenes de beneficio. "En su día las multinacionales lucharon para que el Gobierno subiera los impuestos mínimos, para que así no hubiera marcas mucho más baratas que las suyas. Con ello favorecían el contrabando".

Los estanqueros denuncian también la inacción de la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía, con la que llevan meses solicitando una reunión.