Sevilla

Condena al SAS por una negligencia médica en el Virgen Macarena

  • El Servicio Andaluz de Salud debe pagar 100.000 euros por un diagnóstico tardío de cáncer de colon

Cáncer de colon en estadio IV con metástasis en el hígado. Éste fue el diagnóstico que el 24 de diciembre de 2009 recibió Juan María Cano tras 14 meses de peregrinaje por las consultas de diferentes especialistas médicos del Hospital Virgen Macarena y sin que nadie le hiciese una colonoscopia completa. Un diagnóstico tardío por el cual el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 12 de Sevilla ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a pagar 100.000 euros más intereses como indemnización a los familiares de Juan María Cano, que falleció a los 53 años recién cumplidos nueve meses después del diagnóstico definitivo.

Tal como explica su hija mayor, el sevillano era consciente de la importancia de practicar una medicina preventiva, ya que tanto su madre como dos de sus hermanos padecieron la misma enfermedad. Por este motivo el 16 de octubre de 2008, acudió a Urgencias del Hospital Universitario Virgen Macarena. Tenía dolor abdominal, fiebre y diarrea.

Sin embargo, y pese a sus antecedentes familiares, al paciente no se le citó para la realización de una colonoscopia hasta cuatro meses después. Pero esta prueba no se desarrolló con éxito, ya que el paciente no pudo tolerar el dolor. En este punto, el médico escribió un informe donde reflejó que la exploración había sido incompleta y recomendaba la repetición de la prueba pero sedando al paciente. "Nosotros nunca vimos ese informe, ya que fue derivado directamente al especialista del aparato digestivo, que consideró que no había nada extraño y le dio el alta a mi padre", apunta la primogénita del paciente. "Nosotros íbamos con la idea de que mi padre tenía algo malo, pero cuando el médico te dice que todo está bien, le crees y te relajas".

Pero Cano estaba enfermo, y durante 14 meses su familia luchó para que los profesionales lo escucharan: "Fuimos al urólogo y de nuevo a Urgencias. Indignadas y sin saber qué hacer, mi madre y yo nos presentamos ante el especialista del aparato digestivo para que ingresara a mi padre, y éste nos dijo que no, que fuéramos a nuestro médico de atención primaria", apunta la hija del fallecido.

Tras la insistencia de la familia Cano, al paciente se le hizo una analítica, que plasmó los altos niveles tumorales. Nueve meses más tarde, falleció.

El informe pericial llevado a juicio por la abogada María Jesús Villalpando, de los servicios jurídicos del Defensor del Paciente -entidad que tramitó el caso-, indica que si el enfermo hubiera sido correctamente diagnosticado ante los primeros síntomas, en octubre de 2008, habría tenía una probabilidad de supervivencia entre el 80 y 90% a los cinco años.

"La Administración pública nos machaca con la importancia del diagnóstico precoz", reclama la letrada adscrita a la asociación del Defensor del Paciente. "Pero de nada sirve la medicina preventiva si en la práctica no se hace bien. Villalpando considera que se tardó mucho en citar al paciente para una primera colonoscopia, concretamente cuatro meses: "Esto no es medicina preventiva".

La familia de Juan María Cano dice sentirse decepcionada con el Servicio Andaluz de Salud, porque "tenían los medios y no hicieron nada".

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