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Agua en los pantanos hasta 2018

  • El sistema de abastecimiento está al 77% de su capacidad tras acabar un año hidrológico marcado por las escasas lluvias.

Sevilla tiene garantizado el abastecimiento de agua hasta 2018. El curso hidrológico que acabó a principios de este mes (empezó el 1 de octubre de 2013 y concluyó un año después) no ha sido especialmente lluvioso, pero las reservas con las que contaban los pantanos gracias a las aportaciones de ejercicios anteriores permiten que los próximos cuatro años el suministro continúe en caso de que se inicie un periodo de sequía. Las precipitaciones de las últimas semanas, que han sido bastante intensas, hacen prever que el otoño sea más húmedo que el anterior. 

Atrás quedó el fantasma de la sequía, aquellos años de inicio de los 90 -cuando se marcaron mínimos históricos- con restricciones en el suministro. El arranque lluvioso de esta década permite que el agua para el consumo de los sevillanos esté garantizada durante un cuatrienio. Y ello, pese a que el curso hidrológico que recientemente ha concluido ha sido más seco de lo habitual, según los datos de la empresa metropolitana de abastecimiento de agua (Emasesa). La aportación pluvial a todo el sistema que abastece a Sevilla ha sido de 172,732 hectómetros cúbicos, cantidad que supone una disminución del 78,3% respecto a la recogida por los seis embalses que suministran a la capital hispalense en el año hidrológico anterior.

El agua recogida por los pantanos se mantiene por debajo de la media acumulada entre 1990 y 2012, por lo que se puede calificar el año hidrológico que ha terminado como seco. Las precipitaciones fueron especialmente escasas en otoño y buena parte del invierno. Sólo febrero y septiembre destacan por ser meses donde las lluvias contribuyeron a aumentar el volumen embalsado y con una cantidad de agua superior al de la media histórica de esos meses. De hecho, febrero aportó el 52% del agua recogida, con 69,423 hectómetros cúbicos que llegaron directamente y a través de escorrentías a los pantanos de Aracena, Zufre, La Minilla, El Gergal, Cala y Melonares. No obstante, a la hora de establecer comparaciones históricas hay que tener en cuenta que el de Melonares no se incorpora al sistema hasta octubre de 2012. Las conducciones de este pantano se están construyendo ahora y se prevé que estén acabadas a principios de 2015, lo que significa que ya se podrá hacer uso del agua que contiene.

Si se analizan las aportaciones pluviales netas por cuenca, en la del Rivera de Huelva (al que pertenecen los cuatro primeros embalses) se han recogido 102,86 hectómetros cúbicos, un 72,6% menos que en el curso 2012/13. En el de Cala las lluvias han aportado 30,23 hectómetros cúbicos (-79,4%) y en el del Viar, 39,64 (un 85,6% menos).

Al finalizar el año hidrológico el pasado 30 de septiembre la cantidad de agua disponible en estos seis pantanos alcanzaba los 493,629 hectómetros cúbicos (el 77% de capacidad del sistema), por lo que en doce meses la reserva ha disminuido un 6,6%, puesto que el 1 de octubre de 2013 se encontraban al 83,6% de su capacidad con 536,189 hectómetros cúbicos. Hay que recordar que al inicio del curso hidrológico anterior (octubre de 2012) el sistema general almacenaba el mayor volumen registrado históricamente, gracias a las abundantes precipitaciones registradas en 2009, 2010 y 2012, que representan el segundo ciclo más lluvioso desde 1942. Las reservas actuales permiten garantizar el abastecimiento hasta 2018 en caso de que comenzara ahora un periodo de sequía.

El volumen detraído para abastecimiento ha sido de 102,015 hectómetros cúbicos, mientras que el desembalsado ha llegado a los 70,056. Hay que tener en cuenta que para medir el agua que sueltan los embalses sólo se calcula la del Gergal (situado en la cola de la cuenca del Rivera de Huelva) y Melonares (el único del Viar). El primero desembalsó durante estos doce meses 50,97 hectómetros cúbicos y el segundo, 19,07. Dichas maniobras se efectuaron en febrero y como medida preventiva de seguridad.

Emasesa aclara que los caudales punta generados en los desembalses en estos 12 meses han sido pequeños y muy lejos de los de alerta, fijados entre 500 y 800 metros cúbicos por segundo y que requieren de comunicación a diferentes cuerpos de seguridad.

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