Sevilla

El antiguo teatro Álvarez Quintero quedará sin uso el 14 de noviembre

  • Cajasol entiende que puede rescindir el contrato sin coste alguno; el gobierno quiere sacar beneficio tras perder el canon

La Fundación Cajasol dejará libre el 14 de noviembre el antiguo Teatro Álvarez Quintero de la calle Laraña con la idea de poner en valor y potenciar el edificio que tiene en propiedad la entidad bancaria en la Plaza de San Francisco, a donde trasladará todas sus actividades y programación cultural, que mantendrá intacta. Pese a que la fundación tiene concedido un derecho de superficie que termina en 2020, entiende que puede rescindir el contrato sin coste alguno en cualquier momento según el pliego de condiciones aprobado con el Ayuntamiento de Sevilla. Cada año paga un canon de 295.170,04 euros, al que hay sumar un IVA del 21%.

Los planes de la entidad pasan ahora por mantener un clima de buena disposición y mucho diálogo con el gobierno municipal, que mantiene la misma idea y busca un punto intermedio en la negociación que le reporte algún beneficio económico a las arcas municipales tras perder el canon. El consejo de gobierno de la Gerencia de Urbanismo acordó este miércoles retirar del orden del día la renuncia formulada por Cajasol, aplazando así establecer unas condiciones de aceptación y acordar su puesta a disposición del edificio al Área de Hacienda y Administraciones Pública.

Tras dejar claro que la programación del centro cultural será trasladada al nuevo centro y que no habrá recortes en la programación cultural (incluso afirmó que habrá más actividades), la fundación aseguró que sus planes cuando comenzó a construirse la Torre Pelli en la Isla de la Cartuja era albergar en la Plaza de San Francisco el museo y el centro cultural, pero que los proyectos se han ido adaptando a las nuevas situaciones y circunstancia. Con la marcha de la entidad, la zona acristalada de la esquina del edificio -que pertenece a un particular- será cerrada y tapiada para que permanezca como un local independiente. Además, asegura que tras el desalojo el mobiliario del teatro se quedará en el recinto y que en el teatro de San Francisco (con 378 butacas) no es necesario hace ningún tipo de obra.

A través del portavoz municipal, Curro Pérez, el Consistorio señaló que la decisión es unilateral, con lo que el gobierno debe ahora resolver qué destino tendrá el inmueble. Pérez recordó que la renuncia de la Fundación Cajasol surge "antes del tiempo en el que terminaba la concesión" otorgada en su momento a la caja de ahorros de El Monte, con lo que se trata de "una decisión que no hemos tomado nosotros. No teníamos previsto esto", enfatizó tras explicar que el Ayuntamiento estudiará "las posibles fórmulas de explotación" del recinto.

A raíz de esto, el portavoz socialista, Juan Espadas, y el concejal Antonio Muñoz mantuvieron este miércoles una reunión con representantes de nueve asociaciones y entidades musicales, grupos de música y festivales afectados por la renuncia. Estas asociaciones proponen un proyecto cultural de futuro para este espacio de propiedad municipal. "Lo primero y prioritario es que se tomen las medidas necesarias para garantizar la continuidad de todos los conciertos y actividades programadas. Y es el Ayuntamiento como propietario de este espacio quien debe hacerse responsable para evitar que esta sala acabe convirtiéndose en un patrimonio cultural muerto de la ciudad", explicó Juan Espadas. En la misma línea se mostró el portavoz municipal de Izquierda Unida, José Manuel García, quien apostó por abrir a los colectivos de base culturales y artísticos la futura gestión del céntrico edificio. "Proponemos que el centro se destine para los colectivos culturales que carecen de espacio", afirmó.

El antiguo teatro está calificado en el vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) como SIPS público, por lo que de extinguirse el derecho de superficie éste pasa al Ayuntamiento y sale de la órbita de Urbanismo. Cajasol se hizo cargo en su día de la rehabilitación del edificio, por lo que estuvo exenta del pago del canon en los primeros años. En los despachos de la Gerencia no se oculta que la salida de la fundación es un "roto importante muy difícil de coser", que pone en jaque las previsiones económicas de un organismo que no ha dejado de sufrir recortes presupuestarios desde la irrupción de la crisis. El Ayuntamiento de Sevilla recibió en 1992 el Teatro Álvarez Quintero y tres fincas ubicadas en Triana a cambio de otras siete parcelas situadas en el Patrocinio y la avenida de la Palmera.

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