El edificio tiene comprador. El gobierno que preside Juan Ignacio Zoido como alcalde siempre ha defendido que habrá empresas interesadas en hacer de la antigua comisaría de la Policía Nacional una gran superficie comercial. El problema hasta ahora no sólo era la crisis económica, sino que la calificación urbanística no permitía semejante negocio, sino usos socioculturales. Ahora se comprobará, efectivamente, si hay un comprador o varios interesados en el negocio. La fe del ejcutivo local en la operación es tal que llegó a estar incluida en el primer presupuesto elaborado por el PP, el correspondiente al año 2012.

En aquellas cuentas para 2012, el capítulo de ingresos incluyó 19.105.245 euros por la enajenación de la antigua comisaría de la Policía Nacional y la venta del edificio municipal de la calle Pajaritos y del mobiliario antiguo del hotel Alfonso XIII, también de titularidad municipal.

Esta apuesta proviocó críticas, pues el PSOE dudaba seriamente de que a lo largo de 2012 fuese posible consumar las modificaciones de planeamiento necesarias para enajenar el edificio de la Gavidia, cerrar la operación de venta y cosechar los correspondientes ingresos. De hecho, no ha sido hasta ahora, dos años después, cuando se ha logrado el plácet indispensable.

La comisión de patrimonio histórico, órgano consultivo dependiente de la Delegación Provincial de Cultura, informó desfavorablemente sobre esta modificación puntual del planeamiento urbano con el argumento de que dados los problemas de tráfico que sufre actualmente el entorno de las plazas de la Concordia y la Gavidia, la creación de otra gran superficie comercial en la zona "podría producir una merma considerable de los valores ambientales y visuales de ese sector del conjunto histórico" de Sevilla.

El gobierno local siempre ha defendido que la calificación del inmueble como uso terciario haría viable la enajenación y, por consiguiente, la captación de dinero para las arcas municipales.