TRÁFICO Cuatro jóvenes hospitalizados en Sevilla tras un accidente de tráfico

Los invisibles · José Martínez Cobo

"Me hice francés para poder ejercer allí como cardiólogo"

  • Fue 'padrino' de Felipe en el congreso de Suresnes de 1974 y Alfonso Guerra prologa su libro de memorias. Recibió en Sevilla el memorial Pablo Iglesias.

TENÍA cinco años cuando salió de España en plena guerra. José Martínez Cobo (Madrid, 1933), se hizo cardiólogo en Toulouse y presidió el congreso de Suresnes que catapultó a Felipe.

-¿Cómo ha visto Sevilla?

-Hay dos ciudades en el mundo, Sevilla y Venecia. Una, porque Venecia no es una ciudad.

-Se van en febrero de 1939, el mes que muere Antonio Machado en Colliure...

-Cruzamos la frontera en tren mis padres, mi tía y mis dos hermanos. Los gendarmes no nos dejaron bajar, nos quedamos tres meses en Vesouls, en la Lorena.

-¿Último recuerdo de España?

-Tenía cinco años. Un pueblucho de Alicante en 1937.

-¿Dónde trabajaba su padre?

-En Campsa. Se encargaba de los depósitos de gasolina. Mi madre, como buena hija de montañeses, tenía una lechería con vacas en la calle Hortaleza de Madrid.

-¿Y sus hermanos?

-Carlos, el mayor, era mi rompehielos. Me precedió en todo. Cuando se murió en 2005 es como si me hubiera muerto yo, escribí las Memorias como terapia. Mi hermana Hortensia se casó con un suizo y viven en Zúrich.

-De España a Francia, de la guerra civil a una guerra mundial...

-Estuvimos en un pueblo llamado La Nouvelle. Los alemanes habían ocupado Polonia y decidieron ocuparse de Francia. Mi padre empezó a trabajar en Toulouse en una fábrica de aviación.

-Toulouse es una referencia de Sevilla en la aviación...

-Los franceses había sido movilizados para la guerra y había puestos de trabajo por cubrir.

-En Toulouse hay una avenida Antonio Machado...

-Y en Montauban un paseo Manuel Azaña, en Alby una plaza Rodolfo Llopis.

-¿Tenía estatus de refugiado?

-Cuando estudio Medicina, me dan todo tipo de facilidades. Después no me dejaron ejercer mi especialidad de Cardiología por no ser francés. Con 37 años me hago francés. Mi mujer era hija de refugiados vascos y tenía el mismo problema. Mi hija tenía siete años, no quería que viviera lo que viví yo como hija de refugiado.

-¿El cardiólogo mantuvo España en su corazón?

-Cuando España entra en la Unión Europea, decido recuperar mi nacionalidad.

-¿Y de dónde se siente?

-Soy tolosano (de Toulouse). Francés, ni hablar. Y lo de español me lo renuevo todos los días.

-¿Cuándo vuelve a España?

-En 1971, con 38 años. Desde 1939, era un país que nos lo habíamos imaginado, una España muy abstracta. Me entusiasmó.

-¿Cómo vivió Suresnes?

-Todos querían dimitir: Pablo Castellanos, Bustelo. Fueron tan tensas las reuniones que nos pasamos de la hora, entraban las muchachas del municipio a barrer. Los madrileños se enfrentaron a los andaluces, que firmaron con los vascos el pacto del Betis.

-¿Fue el triunfo de la foto de la tortilla (Felipe, Guerra...)?

-A uno de la foto, Luis Yáñez, quisieron sancionarlo porque decían que había llamado falangista a un dirigente madrileño.

-Toros en Nimes, flamenco en Mont-de-Marsan. ¿Y en Toulouse?

-Allí estaba la Facultad de Español, que fundó Merimée. Era la ciudad con más exiliados del mundo. Uno de cada diez de sus 200.000 habitantes era exiliado.

-Ha escrito sus Memorias. ¿Autores de cabecera?

-En noviembre de 1947 compré en la colección Austral un Quijote que tengo en mi mesita de noche. Leo mucho a Machado, Lorca, Galdós, Blasco Ibáñez.

-¿Cómo vivió el triunfo del 82?

-En el hotel Palace. Me pareció un poco artificial la victoria.

-¿Conoce a la alcaldesa Anne Hidalgo y el primer ministro Manuel Valls?

-Estuve un año en el Partido Socialista francés. Empezaron a decir bobadas sobre la entrada de España en Europa y la puntilla fue una manifestación en Bayona a favor de los presos de Eta. Les dije que no contaran conmigo.

-¿Le sorprendió Felipe?

-La gente olvida que la primera intervención pública de Felipe González fue en un congreso en Toulouse en 1970. Cuando llega al Gobierno es joven, pero tiene más de diez años de experiencia.

-¿Cómo fue la transición de un exiliado?

-Tratábamos de convencer a los franceses de que Juan Carlos era un bobo, la continuación de Franco. Luego nos equivocamos.

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