La investigación sobre el robo de droga en la Jefatura Superior de Policía se prolonga ya durante dos meses sin que hasta el momento se haya detenido a ninguna persona relacionada con este delito. Las sospechas se centran sobre un agente de la unidad antidroga de Sevilla (cuyo nombre oficial es Udyco), pero de momento los investigadores están a la espera de reunir pruebas sólidas para poder imputarle la autoría del robo con total certeza.

El hombre sobre el que se ciernen estas sospechas es un policía de la escala básica y en principio no parece que exista una trama organizada de agentes implicados en este caso. Parece que el ladrón actuó en solitario o, si acaso, contó con la colaboración puntual de algún compañero para acceder al almacén. Esto es lo poco que ha trascendido de la investigación, que permanece bajo secreto de sumario y está siendo llevada con extremado celo por parte de los agentes de la unidad de Asuntos Internos y del jefe superior de Policía en Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra.

La versión oficial de la Jefatura es la misma que hace unas semanas: la investigación continúa su curso y no hay ninguna novedad sobre el asunto. En alguna comparecencia pública el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, y el propio jefe superior han llegado a decir que la investigación está en una fase muy avanzada, pero sin que se conozcan más detalles.

Lo cierto es que a las dependencias en las que se guardaba la droga sólo podía acceder un policía de la Udyco y que las llaves estaban en poder del mando de la unidad. Los cien kilos de cocaína y heroína desaparecidos fueron sustraídos de un calabozo situado en el sótano del edificio de la avenida de Blas Infante que se utiliza como almacén para la droga intervenida por orden judicial. En esta misma estancia se acumulan actualmente entre 5 y 6 toneladas de todo tipo de sustancias intervenidas en operaciones policiales desarrolladas en Sevilla, Huelva, Cádiz y Córdoba y que están a la espera de que el juzgado correspondiente ordene su destrucción.

Fue precisamente un contraanálisis solicitado por un juzgado de Sevilla lo que permitió a los agentes de la Udyco descubrir que alguien había robado cien kilos de droga y la había sustituido por sustancias de apariencia similar. De esos cien kilos, aproximadamente una cuarta parte era heroína y el resto cocaína. Esta cantidad de droga alcanza en el mercado negro un valor superior a los cinco millones de euros. El robo se cometió de forma escalonada, posiblemente a lo largo de varios meses antes de que fuera descubierto a finales de mayo.

Para acceder al calabozo que guarda la droga es necesario abrir tres candados y ninguno de ellos estaba forzado. Desde el mismo día en que se detectó el robo, la Jefatura ordenó cambiar los candados y las llaves y cambiar el protocolo de seguridad. Tanto antes como ahora todas las bajadas al almacén tienen que quedar registradas. Es habitual que cada semana se baje al menos una vez dadas las numerosas operaciones que esta unidad antidroga tiene en marcha.

La unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía sevillana está formada por aproximadamente medio centenar de agentes que se reparten en cinco grupos que trabajan de manera independiente. Todos los componentes de esta unidad han prestado declaración en estos dos meses ante sus compañeros de Asuntos Internos, que ha desplazado una unidad desde Madrid exclusivamente para investigar este caso.