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Los chinos ganan terreno a los marroquíes en el padrón municipal

  • Los sudamericanos regresan a sus países mientras que los inmigrantes asiáticos aumentan su presencia. Los magrebíes se marchan y los rumanos siguen llegando.

Los chinos coronan cada vez más el ranking de los inmigrantes empadronados en cada distrito. Este fenómeno lo constata el último padrón municipal (actualizado a 16 de enero), que evidencia los cambios demográficos experimentados por los principales grupos de extranjeros que viven en la capital andaluza durante el último año. En 2014 continuó la marcha de los sudamericanos a sus países de origen, que emprendieron hace tiempo políticas para el regreso de la población que se vio obligada a marcharse de ellos para encontrar trabajo. En menor medida, los marroquíes también dejan Sevilla. Por contra, los chinos siguen aumentando su presencia, como lo hacen los rumanos, aunque estos últimos en un porcentaje menor al de épocas pasadas.

Raro es el barrio de Sevilla que no cuente ya con un comercio chino. Estos inmigrantes asiáticos, que comenzaron a abrir en la década de los 80 sus conocidos restaurantes y luego hicieron lo propio con los tradicionales bazares, acaparan ya diversos sectores comerciales. Peluquerías, tiendas de moda y hasta bares con tapas sevillanas están regentados por los habitantes de piel amarilla. Su presencia se concentraba en zonas como Su Eminencia o Sevilla Este. Pero ya se ha extendido en casi todos los barrios. Resulta difícil encontrar uno donde no haya empadronada una familia china.

Estos extranjeros suponen la colonia más importante de inmigrantes en cinco de los once distritos en los que se divide Sevilla. El grupo más numeroso de chinos está empadronado en la demarcación que conforman Sevilla Este, Alcosa y Torreblanca, donde suman un total de 606, lo que supone un incremento que roza el 13% respecto a 2013. El hecho de que estos extranjeros se concentren en esta zona obedece a la cercanía con el polígono Aeropuerto Viejo, donde se encuentran abiertos desde hace años numerosos bazares que ocupan las antiguas naves de uso industrial. Esto también evidencia la transformación que han sufrido los mencionados enclaves, creados en su día para la producción y que han acabado dominados por el comercio en manos de estos grupos extranjeros.

Otro de los distritos donde ha aumentado la presencia de los chinos es Nervión, donde su empadronamiento ha subido en 2014 un 12,5% hasta alcanzar los 251. No es extraño, pues dicha zona posee un fuerte carácter comercial, lo que se convierte en un gran atractivo para estos habitantes, en busca siempre de locales vacíos con los que hacer prosperar sus negocios. Los chinos también representan el principal grupo de extranjeros en Triana, barrio en el que residen 223, un 10,4% más que en 2013. El viejo arrabal ha sido testigo de cómo en sus calles han ido abriendo los últimos años numerosas tiendas que explotan estos inmigrantes.

No menos destacado ha sido el aumento de la presencia china en el Distrito San Pablo-Santa Justa, en el que hay empadronados 211 chinos tras un incremento anual del 13%. Caso especial es el de Los Remedios, en el que esta comunidad asiática -pese a que el número de residentes, poco más de un centenar, es menor que en los anteriores distritos- ha experimentado un destacable crecimiento: un 34,2%. Los analistas interpretan este porcentaje como el claro síntoma de un futuro cambio comercial en un barrio en el que hasta hace poco han tenido fuerte presencia los negocios locales. En los últimos años han poblado sus calles -especialmente Asunción- franquicias y varias tiendas chinas, por lo que no es de extrañar que de aquí en adelante sean muchos más locales los que estén regentados por estas familias asiáticas.

Sin embargo, el crecimiento de chinos más palpable se produce en el Distrito Norte, con una subida de residentes procedentes de este país de un 40%. En toda la ciudad, el empadronamiento de chinos aumentó durante 2014 un 13,27%, hasta alcanzar los 3.636. Se trata del incremento más importante registrado durante el pasado año y que supone multiplicar por dos el experimentado por la comunidad rumana, que ha sido del 7%.

Este colectivo sigue llegando a Sevilla, aunque en un porcentaje menor a como lo hacía en años anteriores. La colonia más importante se localiza en el Distrito Cerro-Amate, donde viven 1.025 tras aumentar su presencia en dichos barrios un 14,3%. También resulta considerable el número de rumanos residentes en el Distrito Macarena, donde llegan a superar el medio millar. Los empadronamientos de estos inmigrantes procedentes de la Europa del Este han tenido en esta demarcación el mayor crecimiento: un 16,25%. Por contra, las familias rumanas han disminuido su presencia en Bellavista-La Palmera, donde han dejado de residir un 8,4%.

No obstante, las cifras de empadronados rumanos suele fluctuar bastante durante un año, e incluso en un mismo mes, pues se mueven por distintas zonas de España en función de los trabajos temporales que encuentran, sobre todo en el sector agrícola. Así, para la campaña de la fresa son muchos los que abandonan la ciudad y se marchan a municipios onubenses. La ralentización que ha sufrido la llegada de estos inmigrantes obedece a que gran parte de estos trabajos en el campo los están volviendo a desempeñar trabajadores españoles que han perdido con la crisis su empleo en otros ámbitos productivos, como la construcción.

Contra estas tendencias alcistas se encuentra la de los bolivianos, el grupo de sudamericanos que más ha reducido su presencia en Sevilla el último año al pasar de los 3.349 empadronados en 2013 a los 1.986 de 2014, es decir, un 40,7% menos en sólo doce meses. Un porcentaje de disminución casi idéntico es el protagonizado por los colombianos. En un año han dejado de residir en Sevilla 886, un 39,93% menos. Dicho colectivo ya sólo ocupa en el Distrito Este uno de los tres primeros puestos por número de inmigrantes registrados.

A la degradación del mercado laboral español por la coyuntura económica se unen las políticas de retorno puestas en marcha al otro lado del Atlántico. Caso especial es el de Bolivia, país en el que tras la llegada al poder de Evo Morales se activó un programa con el que se incentiva el regreso de sus emigrantes. Un informe dado a conocer por el gobierno boliviano cifró a finales de 2013 en más de 4.000 los retornos procedentes de España. Para lograr dicho objetivo, se concede un certificado laboral a quienes lleven más de dos años fuera de las fronteras de Bolivia, documento que les facilita encontrar un puesto de trabajo en su país de origen.

El mayor grupo de bolivianos que residen en la capital andaluza se encuentra en el Distrito Macarena, en el que representan la colonia de inmigrantes más importante, integrada por 1.218 personas. Esta cifra conlleva una disminución nada despreciable del 26%. Aún mayor resulta la bajada de empadronados en Triana, con un 43% menos, y en Los Remedios, con más de un 42% de descenso.

La presencia de marroquíes también empieza a menguar, aunque de manera más pausada. Entre 2013 y 2014 abandonaron Sevilla 419 habitantes que procedían del país magrebí, hasta quedar su población en 4.130 personas (el primer grupo de inmigrantes en Sevilla). Esta pérdida se traduce en una bajada del 9,2%. El Distrito Cerro-Amate representa la zona de principal concentración, al habitar en ella casi 1.200. La Macarena, especialmente el Cerezo, también es lugar habitual de residencia, con casi 850 marroquíes.

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