Por la boca muere el pez y el hombre, por la palabra. Sobre todo, cuando éstas quedan impresas en programas electorales buzoneados casa por casa. El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, aseguraba hace unos meses que el grado de cumplimiento de su programa electoral superaba el 80%. A escasos cuatro meses de que concluya el mandato, la cuenta del gobierno municipal debe ser más elevada, pero, sin duda, no completa los compromisos adquiridos en los barrios. No siempre son grandes proyectos, algunos son de mediana envergadura y otros estaban predestinados a ser adjudicados a terceros, pero tampoco han salido adelante aún.

¿No ha hecho el gobierno de Zoido nada? Sí ha hecho. Tal vez no todo lo suficiente. Pero todo tiene una explicación, al menos para el alcalde, que esta semana utilizó una cita de San Francisco de Sales para justificar su gestión: "Empieza haciendo lo necesario, luego haz lo posible y, de pronto, estarás logrando lo imposible". Según el gobierno local, lo necesario para que el equipo de Zoido pusiera la ciudad a funcionar ha sido ordenar el Ayuntamiento y sanear las cuentas, para lo cual han tenido que tomar decisiones tan impopulares como el incremento de las sanciones que han permitido subir la recaudación de las arcas municipales. En estos cuatro años Zoido defiende que ha intentado sobrevivir a la crisis y a la, según él, falta de colaboración de la Junta.

Sin contar con la mejora de los servicios públicos -ha sido notable el esfuerzo en limpieza, asfaltado y transporte público-, lo cierto es que gran parte del programa electoral -hasta 600 propuestas llegó Zoido a plasmar en el papel- ha quedado inédito y, en muchos casos, ha permanecido sepultado por problemas más urgentes hasta hace escasos meses. Así, un recorrido por los programas de los once distritos muestra que el denominador común de la mejora de la seguridad ciudadana, con la creación de la Policía de Barrio, sigue siendo una asignatura pendiente. Al igual que el tráfico que, sin nuevos planes de reordenación y ningún aparcamiento construido, va escalando puestos en las principales preocupaciones de los sevillanos, según los últimos barómetros. A ello se suma la ampliación de la zona azul, una medida que ha generado muchas quejas de trabajadores y comerciantes.

En definitiva, durante el mandato el PP ha hecho cosas, millones si se contabilizan las podas, los zafarranchos de limpieza o los baches asfaltados, pero podría decirse que visten poco, a pesar de que  mejoran notablemente el aspecto de la ciudad. De hecho, los once proyectos estrella que su equipo resaltó en los programas electorales de los distritos, los más vistosos porque no son todos, están por concluir o ni siquiera se han acometido. Es el peligro del bombo y platillo, de las presentaciones con power point e imágenes en 3D.

Bellavista-La Palmera

Sin ser los barrios peor parados en la gestión de Zoido, porque se han habilitado plazas de aparcamiento en superficie y  mejorado y ampliado zonas verdes, el proyecto más vendible para Zoido fue un centro deportivo  multidisciplinar en Los Bermejales. Un proyecto que ha sufrido alguna modificación que, por cierto, ha desatado la polémica en los últimos plenos. Ahí iba la criticada pista de esquí y ahora, ya se ha iniciado el trámite, se construirá una escuela de golf, por lo que la oposición ha protestado y exigido que se abra un proceso participativo para que los vecinos opinen. 

Casco Antiguo

Las promesas más llamativas de Zoido para este distrito estaban en la remodelación del Paseo Juan Carlos I, Plaza de Armas y el mercado del Arenal. Nada se ha concretado siquiera. En este sentido, el paseo que discurre paralelo al río acumula muchas críticas por su estado de abandono. En dicha zona se promovió un concurso para construir un centro de ocio, con piscinas olímpicas, que finalmente se desecharon, y que ha quedado desierto en dos ocasiones. También ese paseo contaría con jardines verticales. Otra idea era convertir la plaza dura que hay frente al centro comercial, antigua estación de ferrocarril, en un espacio para mercados de flores, un proyecto que no era exclusivo del PP.

Cerro-Amate

El proyecto más ambicioso era la construcción de 540 viviendas en la barriada de Los Pajaritos. Ello suponía la demolición de los bloques y, previamente, el traslado de los vecinos a un edificio puente. Las obras arrancaron con retraso el pasado verano y, aunque ya se puede decir que es una realidad, todavía queda mucho por ejecutar y mucho presupuesto por asignar, en parte por el Gobierno central, para que la rehabilitación no se demore más. Junto a Los Pajaritos, Zoido también prometió mejoras estructurales para Jesús, María y José, entre otros barrios.

Norte

El proyecto estrella de esta zona era la rehabilitación de las antiguas naves de Renfe en San Jerónimo, que se convertirían en un gran centro social. Una reivindicación histórica de los vecinos que, cuatro años después, siguen sufriendo el abandono y deterioro de los terrenos. Incluso se llegó a prometer un centro deportivo en el antiguo psiquiátrico de Miraflores del que pocos se acuerdan ya.

Sur

En este distrito con tantas necesidades, el foco electoral se centró en un proyecto más que vistoso: un Central Park en el corazón de Sevilla. La intención del hoy alcalde era unir el Parque del Prado de San Sebastián con los Jardines de Murillo, la ribera del Guadalquivir, los Jardines de San Telmo y los de la Casa Rosa. Todo eso en el entorno del Parque de María Luisa, el pulmón verde de la ciudad, un jardín histórico que en los dos últimos años se ha beneficiado de mejoras que se han hecho coincidir con la conmemoración de su centenario. No obstante, el entorno del casino de la Exposición y los jardines de la Madrina, sigue estando muy degradados.

Este-Alcosa-Torreblanca

Para uno de los distritos de mayor población y reivindicaciones, Zoido tenía claro que había que mejorar la calidad de vida, con más y mejores zonas verdes. Una de las ideas estrellas era la recuperación del Canal de la Ranilla para convertirlo en un espacio con carriles bici y de paseo que simulaba una plaza neoyorquina en los programas que se repartieron en la campaña electoral.

Los Remedios

Los focos apuntaron al río, una vez más, en concreto hasta la antigua fábrica de tabacos. La intención de Zoido era convertir Altadis en la Fábrica de Arte Elcano, así se denominó, que albergaría centro de día, de mayores, espacios culturales y de arte contemporáneo. Las negociaciones con la empresa, según el gobierno, se iniciaron hace varios años y, aunque ya se logró firmar un convenio para permutar terrenos y autorizar nuevos usos, no se ha movido un ladrillo. El tema se ha convertido en uno de las puntas de lanza del gobierno municipal para defender su estrategia de desbloqueo de temas que hoy parecen de nuevo enquistados. 

Macarena

En este distrito el PP también prometió mejores infraestructuras para el ocio y el deporte. Lo más vistoso que se vendió en la anterior campaña electoral fue la renovación del club deportivo de remo Guadalquivir. Otra promesa que parece haberse olvidado o colocado abajo del todo en la pila de asuntos pendientes. Como pendiente está también la dotación de equipamientos culturales en la antigua fábrica de vidrio de la avenida de Miraflores.

Nervión

En esta zona se focalizaban varios de los proyectos estrella del PP: la Ciudad de Justicia en el Prado, realmente denominado distrito judicial; la Fábrica de Artillería y la Estación de Cádiz. La falta de entendimiento con la Junta de Andalucía ha impedido que el proyecto para mejorar las sedes judiciales salga adelante. Artillería, que se prometía como gran centro cultural y de ocio, ha sido incluso almacén municipal en este mandato y la antigua estación, de la que Zoido lleva hablando desde 2008, fue adjudicada hace menos de un año a un grupo empresarial, sin que todavía se haya visto movimiento.

San Pablo-Santa Justa

La estación de Santa Justa fue el escenario de más de una presentación en la campaña y posteriormente. Puerta de Sevilla se llamaba el proyecto. Welcome Santa Justa. Otra idea inédita y que pretendía ordenar la entrada a la ciudad para millones de viajeros cada año, una estación de ferrocarril que es la tercera de España.

Triana

Para el arrabal había pensado un plan de movilidad, que tampoco se ha ejecutado por completo. Pero la estrella de la campaña se puso en el Charco de la Pava, donde Zoido ideó un parque y un complejo deportivo más amplio que el actual.

Pistas de esquí, canales neoyorquinos, centros de arte, un Central Park... El recuerdo de algunas promesas resulta hoy casi cómico y demuestra que lo más prudente siempre es prometer lo necesario antes que lo imposible.

Otros claros y oscuros del mandato

En lo que resta hasta mayo de este año, el gobierno municipal podrá en marcha alguna que otra iniciativa pendiente y dará un impulso a temas que parecían enconados. Es probable, suele ocurrir siempre en los últimos meses del mandato. No obstante, la oposición tiene claro que hay promesas electorales que ya no se cumplirán. Al margen de la falta de impulso a la construcción de viviendas sociales o mayores inversiones en zonas industriales, está claro que no habrá ya ningún nuevo aparcamiento. En cuatro años apenas se ha culminado el de Rafael Salgado. Tampoco estará el tan reclamado parque acuático para bomberos en el río o la denominada Caja Mágica, como zona de ocio juvenil, un proyecto que no se plasmó ni siquiera en el papel. Sin entrar en programas de empleo o becas y ayudas también prometidas y que han chocado con el muro de la Junta de Andalucía en algunos casos, la SE-35 y los accesos al nuevo Ikea tampoco han avanzado, al igual que el mercado de la Puerta de la Carne, ya adjudicado pero sin demasiada novedad. Sí se ha inaugurado ya el gourmet del Barranco.

Faltarán también carriles bici y conexiones prometidas, así como la remodelación del mercado Huerta de Santa Teresa o el nuevo paso subterráneo en San Lázaro del que se habló en 2011. La Zona Franca ya es realidad, pero siguen paralizadas las obras del mercado de San Jerónimo, el centro turístico de Marqués de Contadero o el centro deportivo del Parque de Los Príncipes, entre otros proyectos. En otro orden hay también debates que no se han estrenado, como el del cambio del reglamento de los plenos municipales, o medidas para ganar más transparencia municipal que reclama la oposición. En lo que resta de mandato algunas de estas ideas volverán a ver la luz y se plasmarán en programas fugaces, como las estrellas.