Sevilla

Los policías suspendidos fueron amenazados por unos sicarios

  • La Jefatura puso vigilancia a los dos agentes al conocer la llegada a Sevilla de unos colombianos.

La Policía Nacional puso escolta a los dos agentes de este cuerpo que mantienen desde hace una semana una huelga de hambre en la puerta de la Jefatura. Esta vigilancia se estableció después de que se recibiera una comunicación en la Jefatura de la llegada de unos sicarios colombianos, que se habrían desplazado a Sevilla para matar supuestamente a uno de estos dos policías y secuestrar al otro. Así consta en un informe interno del cuerpo de mayo de 2013, al que ha tenido acceso este periódico.

Semanas después, en julio de ese mismo año, los policías fueron suspendidos de empleo y sueldo acusados de varios delitos, como allanamiento de morada para detener a delincuentes, robo con violencia e intimidación, detención ilegal, falsedad documental por falsear presuntamente atestados y revelación de secretos porque un juez le pidió los antecedentes de un sospechoso por teléfono y no por el oficio reglamentario. Los agentes llevan ya suspendidos 18 meses y la semana pasada iniciaron una huelga de hambre en protesta contra esta medida cautelar, que consideran desproporcionada. La investigación de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial (UCOT), que ejerce en Sevilla la función de asuntos internos, surgió a raíz de la denuncia de traficantes y delincuentes de las Tres Mil que fueron detenidos por estos dos policías. Tras ser suspendidos, la Policía retiró la escolta sobre ellos.

En el informe por el que se estableció la vigilancia, elaborado por el Grupo de Atracos de Sevilla, se detallan una serie de instrucciones a seguir en caso de que se detectara a algún sospechoso en las inmediaciones de los domicilios particulares de estos dos agentes. "Se sospecha de dos individuos colombianos, de unos 18 años, que pueden ir en moto", expone el documento, que detalla además una serie de órdenes sobre cómo establecer la vigilancia para no ser identificados por los sospechosos, además de adjuntar una serie de perfiles de delincuentes de origen colombiano que podrían estar trabajando en España como sicarios.

Apenas unos días después de que se estableciera esta vigilancia, un policía le trasladaba a uno de los agentes suspendidos que un confidente suyo al que daba total credibilidad había podido saber "que han llegado unas personas de países del Este para hacer varios trabajitos y, entre ellos, el de matar a un tal Nazi (apodo con el que se conoce entre los delincuentes a uno de los dos agentes suspendidos)". Esta amenaza coincidía con la información aportada días atrás por el grupo II de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Sevilla, que comunicó a la Brigada Provincial de Policía Judicial que "llegarían dos sicarios colombianos jóvenes para acabar con la vida del Nazi así como para secuestrar" a su compañero.

Todas estas amenazas, según la Policía, responderían al elevado número de detenciones de narcotraficantes que los dos agentes realizaban en las Tres Mil.

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