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Sevilla

Una hora de espera en la consulta para ver al pediatra

  • El sevicio del centro de Ronda Histórica se satura La falta de sustitutos sobrecarga a las profesionales

Los padres que acuden al pediatra en Ronda Histórica suelen esperar una hora para entrar en la consulta. Las citas y las urgencias para esta asistencia se disparan en esta época del año debido, entre otras razones, a las infecciones respiratorias. El aumento de pacientes y la falta de pediatras inciden en las salas de espera que suelen llenarse de padres y niños. Las consultas se saturan y los lunes suelen ser las jornadas más temidas entre los profesionales.

La plantilla de Pediatría en Ronda Histórica mengua desde hace poco más de año y medio. Una pediatra se jubiló en junio de 2013 y su plaza no se cubre desde entonces, a lo que se une la reducción de jornada de otra profesional, así como otra jubilación más que, desde la semana que viene, dejará vacía otra consulta. Todos los niños asignados a las profesionales que no están son repartidos entre las demás pediatras, que ven crecer el número de casos que atender. La presión asistencial que soportan es "insostenible".

La plantilla de Pediatría en Ronda Histórica la integran siete especialistas, pero desde hace año y medio son seis. A partir del próximo lunes serán cinco y una de ellas al 75%. Todas las doctoras que trabajan en este centro temen que la jubilación prevista tampoco se cubra y que los niños adscritos a esa consulta sean nuevamente repartidos. Es una situación de sobrecarga excesiva y así lo comunicaron a la dirección gerencia del distrito sanitario Sevilla, que es responsable de todos los centros de salud de la capital. Con fecha de 23 de diciembre, el escrito suscrito por estas profesionales dice: "Nuestros cupos tienen una media de 1.161 niños, siendo lo óptimo 1.000 niños y, por supuesto, no está recomendado pasar de 1.200 por pediatra". Además, lamentan la puesta en marcha de "una ampliación del programa de salud infantil", sin que ello signifique aumento de plantilla. "Nos preocupa que disminuya todavía más la calidad asistencial que tiene la población infantil de nuestra zona, y esto ocurrirá si no se pone cuanto antes remedio y no se adecuan los recursos humanos a las necesidades asistenciales", añaden.

Las pediatras piden a la Administración sanitaria que "se sustituyan los días de reducción de jornada de nuestra compañera" y que "en febrero el cupo de esta compañera -la que se jubila- sea atendido desde el primer día de estar vacante por una persona que la sustituya al 100%". Al no tener respuesta a este escrito, las profesionales han insistido a través de una carta dirigida al director general de asistencia sanitaria. En este segundo escrito, con fecha el 23 de enero, vuelven a denunciar la falta de personal y advierten de los riesgos: "Creemos que la situación de la Pediatría en Atención Primaria está en un momento de riesgo grave".

La Delegación territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, por su parte, explicó ayer que va a dar respuesta a las necesidades, y que se cubrirá el hueco que dejen las jubilaciones.

A las ausencias previsibles en la plantilla se suman las bajas por enfermedad, los permisos y las vacaciones, que tampoco se cubren. Los siete minutos por cita apenas se cumplen y de media, pues cada niño suele requerir un cuarto de hora de asistencia pediátrica. Los tiempos se alargan cuando el pequeño tiene fiebre y la especialista tiene que explorarlo minuciosamente o solicitar análisis para confirmar el problema de salud que afecta cada caso. "Los niños no pueden irse a su casa sin un diagnóstico, sobre todo cuando tienen fiebre, porque puede ser una infección leve o grave", explica una especialista.

Además, las denominadas consultas del Niño Sano requieren que la pediatra dedique gran parte de la consulta a tareas de prevención y promoción de la salud, como la lactancia materna o medidas para los cuidados del bebé. En épocas del año como la actual, la demanda crece considerablemente en estas consultas, que están saturadas desde hace semanas. Las pediatras temen que la sobrecarga merme la calidad asistencial, y que ello se traduzca en errores en la asistencia. En el escrito a la dirección gerencia lo dicen con claridad: "No nos hacemos responsables de los fallos que podamos tener en la atención diaria estando trabajando en estas condiciones".

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