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Sevilla

Qué ruina de aparcamiento

  • Repaso a las deficiencias del parking de la Plaza de Pío XII

José Aragón Pozo intenta abrir el ascensor del aparcamiento subterráneo de la plaza de Pío XII, cuya comunidad de propietarios preside. Coloca la llave en la parte superior del ascensor y trata sin éxito de desplazar unas puertas que rezuman óxido. El agua de la calle se filtra en numerosas zonas del parking y una de las más perjudicadas es el ascensor, que no funciona desde hace años. "El foso está inundado, pero no podemos verlo porque ya no se puede ni abrir. Y si lo abrimos luego no vamos a poder cerrarlo y será aún peor", explica este vecino, desesperado tras más de una década de lucha contra las deficiencias que el garaje presenta desde su construcción.

El aparcamiento fue hecho a principios del siglo XX, en el primer mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín como alcalde de Sevilla. Formaba parte de un plan director de aparcamientos que luego tuvo que recortarse por falta de fondos. El de Pío XII se hizo, pero desde el principio ha sufrido filtraciones. El agua de lluvia se cuela por numerosos sitios y los daños que sufre ya el parking son numerosos.

El Ayuntamiento llegó a reformar el parque infantil que se levanta sobre el garaje tratando de arreglar el problema, pero el agua continúa filtrándose sin que se haya detectado el origen en todos estos años. Esto ha motivado incluso un pleito de los usuarios del parking, que es de uso exclusivo para residentes, contra el Consistorio. En primera instancia, los vecinos ganaron el juicio, pero el Ayuntamiento recurrió al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) alegando que había un defecto de forma en la documentación. El Alto Tribunal andaluz falló en favor del Ayuntamiento, que recientemente ha notificado a los vecinos que les cobrará más de mil euros por las costas del proceso.

Mientras tanto, el parking sigue deteriorándose y ni el Ayuntamiento ni la empresa que lo construyó, Sando, se han hecho responsables de los desperfectos. La comunidad ha tenido que asumir algunos de los arreglos necesarios para garantizar el mantenimiento de las instalaciones. En algunos puntos del techo se han colocado chapas o paneles de uralita y otros materiales para que el agua no caiga directamente sobre los coches y les provoque daños, ya que es agua mezclada con óxido que puede ser corrosivo. En algunas de las paredes hay ya desprendimientos causados por la humedad. José Aragón se encarga de retirar algunos de los restos con una fregona, para que no le caigan encima a ninguna persona o coche.

La situación de estos vecinos es de extrema desesperación, puesto que no entienden que el gobierno local se desentienda de esta forma de una concesión como es este parking. El garaje pasa cada año la revisión de la delegación de Movilidad, que sin embargo siempre incluye en su informe la necesidad de reparar las humedades, de las que responsabiliza al servicio de Parques y Jardines. "Sea culpa de unos o de otros, lo cierto es que el problema persiste y se agrava con el paso de los años", expuso el administrador de la finca, Manuel Valenzuela.

La filtración de agua ha inutilizado por completo el ascensor, hasta el punto de que los usuarios que vienen cargados con bolsas optan por salir del mismo a pie por la rampa de entrada de los vehículos. Aunque hay una plaza para minusválidos, actualmente no está en uso, pero si hubiera alguna persona discapacitada interesada en ella, no podría contratarla porque tendría que utilizar las escaleras para entrar y salir del garaje.

Además de las humedades, el parking tiene un problema en la extracción de gases, puesto que la tubería que saca el dióxido de carbono que emite un generador mide más de 36 metros, mucho más de lo permitido legalmente. "Yo tengo que encender el generador veinte minutos cada semana porque esto tiene que estar cargado para que, en caso de incendio, la gente pueda sacar sus coches a tiempo. Sin embargo, los Bomberos me dicen que no lo haga porque los gases que emana son muy tóxicos", dice Aragón Pozo. Igualmente, la comunidad ha tenido que afrontar un tratamiento para impedir que el parking se convierta en un foco de legionela, ya que el tanque de agua se calienta enormemente, con el riesgo de convertirse en un foco de esta bacteria.

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