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Sevilla

Espectacular rescate en la octava planta

  • Varios policías nacionales, un vigilante de seguridad y personal del hospital Virgen Macarena evitan que una persona se arroje al vacío.

La prensa no suele informar de los intentos de suicidio, pero en ocasiones hay historias detrás de estos sucesos que deben ser contadas, como la que ayer ocurrió en el hospital Virgen Macarena, donde varias personas no dudaron en jugarse su propia vida para salvar a otra que pretendía cometer una locura. La escena ocurrió unos 20 minutos después de las nueve de la mañana. En la escalera de incendios de este hospital, en la octava planta. Un hombre de unos 50 años, cuya madre había fallecido pocas horas antes, se subió a la barandilla de la escalera con la intención de arrojarse al vacío. Un celador lo vio y en una rápida actuación consiguió sujetarle. A continuación se aproximaron varias personas más y un vigilante de seguridad del hospital, S. C. G., quien le colocó al presunto suicida unas esposas en la muñeca para intentar evitar su caída.

De inmediato acudió un policía nacional que estaba custodiando a un detenido y que logró colocarle una trincha por las axilas. El hombre, ajeno a sus salvadores, no cejaba en su intento de saltar y daba incluso manotazos con la intención de que lo soltaran.

A partir de ese momento llegaron otros dos agentes de la Policía Nacional, F. J. R. S. y D. M. M., ambos del distrito Macarena, quienes intervinieron de manera decisiva en el rescate, arriesgando sus propias vidas, según explicaron a este periódico testigos presenciales del suceso. Para subir al presunto suicida, el primero de los agentes no dudó en trepar por la barandilla y sacar su propio cuerpo hasta tres cuartas partes de la misma, mientras que su compañero lo sujetaba firmemente por los pies.

De esta forma, logró coger al hombre por el cinturón del pantalón, justo en el momento en el que éste había quedado suspendido en el aire, logrando tirar de esta persona y ponerla a salvo. El presunto suicida seguía empeñado en arrojarse al vacío, intentando zafarse de nuevo de los agentes, que no tuvieron más remedio que colocarle las esposas.

La heroica actuación de todas las personas que ayer intervinieron en el rescate en la octava planta evitó que se consumara una nueva tragedia.

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