Será a finales de este mes, a pocos días de la Semana Santa, cuando finalicen los trabajos que devolverán al Patio de Banderas su aspecto de siempre. La mayor parte de la plaza ya está cubierta, a falta de colocar la fuente que estaba antes y habilitar el acceso a la cripta, a la que sólo podrán entrar arqueólogos. Así se pone fin, por ahora, al proyecto que en su día se planteó para que los restos aquí encontrados pudieran ser visitables.

Una parte de la historia de Sevilla quedará a finales de este mes sepultada. La idea de que los restos hallados en las excavaciones del Patio de Banderas desde 1974 pudieran ser contemplados por sevillanos y turistas ha sido víctima de la crisis. La inversión requerida para este proyecto, que contemplaba que se habilitara una cripta -a la que se entraría desde uno de los edificios del Patio de Banderas que serviría de centro de interpretación-, alcanzaba los 3,5 millones de euros. Un desembolso demasiado elevado que no ha encontrado financiación en esta época de penuria.

Por tal motivo, el Patronato del Real Alcázar y de la Casa Consistorial, entidad a la que compete también dicho espacio, decidió que se cubrieran los restos y devolver a la plaza el aspecto que presentaba antes de las excavaciones.

Los trabajos comenzaron en otoño tras adjudicárselos a la sociedad limitada Sanor Restaura por 182.077 euros. Según pudo saber ayer este periódico, las obras concluirán a finales de marzo, pues la intención del Ayuntamiento es que el Patio de Banderas recupere de nuevo su aspecto antes de Semana Santa. La mayor parte de la plaza -de unos 150 metros de superficie- está ya cubierta con el albero, a falta de la zona sur, en la que se habilitará un acceso para que a la cripta bajen sólo especialistas.