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El factor psicológico del 22-M en Sevilla

  • ¿Beneficiarán las autonómicas a los alcaldables? El PSOE espera rentabilizar el valor al alza que suponen Susana Díaz y su marca y el PP busca municipalizar la campaña, intensa y directa para todos.

El adelanto de las elecciones autonómicas obligó a primeros de febrero a los partidos a reprogramar sus calendarios. Algunos tenían la maquinaria electoral más engrasada que otros, pero todos habían apretado ya el botón del encendido. A tres meses de la cita para elegir a los alcaldes, la necesidad era ceder el protagonismo a los líderes regionales. ¿Y eso beneficia o perjudica a quienes estaban ya calentando en la carrera por la alcaldía?

Cada partido hace su lectura, pero parece claro que los perjudicados por este adelanto electoral serán quienes pierdan y tengan que sufrir el daño psicológico que ello supone a dos meses de las municipales. O dicho de otra manera, quien gane provocará un efecto ola que permitirá que los alcaldables, tanto en la capital como en los pueblos, se dejen arrastrar.

Todo se complica cuando el escenario no dibuja grandes mayorías. En el caso de la capital, donde sin duda el 22-M tendrá un gran protagonismo, los dos partidos mayoritarios tienen estrategias totalmente opuestas. El PSOE va a seguir confiando en la marca, por encima de su candidato, y en el valor en alza que supone en estos momentos Susana Díaz. La presidenta de la Junta y secretaria general de los socialistas andaluces se volcará especialmente en Sevilla en las municipales, por el peso que la capital representa para el partido en España y por su condición de sevillana militante.

Hay quienes opinan que, si Susana Díaz sale vencedora, la estrategia de confrontación utilizada en los últimos meses por el PP, que acusa a la Junta de boicotear los proyectos de Sevilla, se volverá en su contra pues, sin duda, un gobierno regional y uno local del mismo signo garantizaría un mayor avance para la ciudad. O no. Las autonómicas, esto sí parece claro, servirán para que el ciudadano se sitúe en un nuevo escenario en el que no sólo pesará el balance de gestión realizado por el alcalde en los últimos cuatro años. El efecto arrastre que persigue el PSOE beneficiará a Juan Espadas, alcaldable del PSOE que sumará notoriedad y avales.

El PP, por el contrario, va a municipalizar al máximo esta cita. Con un candidato a la Junta de Andalucía mucho más débil, la táctica será reforzar la marca PP con la marca propia que representan alcaldes como Juan Ignacio Zoido que, en el caso de la capital, ha demostrado ser clave.

En el caso del PSOE , el peso de la campaña recae en Sevilla, además de en la presidenta, en la secretaria general de los socialistas sevillanos, Verónica Pérez, esto es, en el partido. En el caso del PP, también, pero con la particularidad de que el presidente de los populares sevillanos es además el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, hombre del núcleo duro del alcalde, lo que proporciona una mayor visibilidad del gobierno municipal en la campaña autonómica. Con los pros y los contras que ello supone, pues este papel protagonista de Juan Buenmo está siendo muy criticado en los últimos días por la oposición municipal, que censura que un delegado de peso del gobierno de Zoido se dedique, ahora casi en exclusiva, a las labores del partido.

Si Verónica Pérez participó ayer en siete actos de precampaña, Juan Bueno no se ha quedado atrás ningún día, con una media de cuatro actos diarios.

La campaña se inicia oficialmente esta noche pero el ejercicio comenzó antes, el 1 de febrero, fecha en la que los partidos se echaron a la calle, en el sentido más literal, en una estrategia que, en este caso sí, coincide. El objetivo es lograr una campaña intensa y directa, donde el contacto con el ciudadano sea diario y muy cercano. Para ello hace falta un gran despliegue de medios y, en todas las estructuras, por lo que las autonómicas han brindado a los alcaldables también la posibilidad de ensayar, como secundarios, su propia campaña para las municipales. Y en este punto es donde se observa la desventaja de otros partidos con menos recursos o sin una estructura y líderes definidos.

En el caso de los dos grandes los números que se barajan a estas alturas son abrumadores. El PP de Sevilla ha realizado desde el 1 de febrero 230 actos en la provincia en los que se han desplegado concejales, alcaldes, diputados, parlamentarios y varios ministros, además de la presencia de Rajoy. Sólo en los 15 días de campaña están programados 1.000 encuentros directos que se repartirán, especialmente, por 20 municipios preferentes donde el PP asegura que llega al 78% de la población.

En el PSOE hace meses que las 115 agrupaciones trabajan a destajo con una estructura que es, además, transversal, por comarcas. En la campaña cada una hará un mínimo de un acto al día y en agenda hay programados ya otros 250 y 180 repartos de propaganda con una alta implicación de la militancia, cuestión que también beneficia a los alcaldables, hasta el punto que el PSOE aún baraja escenarios para el cierre de campaña en Sevilla a la vista de que los dos últimos dejaron pequeños los auditorios. Esta noche el arranque de los socialistas será más domésico, para la militancia, un tradicional mítin en Pino Montano. En la Papachina, en San Jerónimo, se quedará Izquierda Unida con su candidato a la presidencia de la Junta, Antonio Maíllo. Los populares, en un guiño a los nuevas tecnologías, conectarán en su actodesde un hotel con Málaga, a través de hangouts, para compartir el momento con el candidato a la Junta, Juan Manuel Moreno.

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