calle rioja

La vida tiene letras y es de ciencias

NO renunciaré. El título de la canción de Carmen Nuño resume a la perfección el espíritu y el ánimo que presidieron el emotivo acto que el pasado miércoles se vivió en el aula magna de Enfermería del Hospital Macarena. Las que no renuncian -a vivir con calidad de vida, en su caso sinónimo de cantidad- ocupaban el patio de butacas y al final todas se fotografiaron con Sandra Ibarra, superviviente como ellas del temible cáncer.

Sandra Ibarra (Santo Domingo, 1974), a través de la Fundación que lleva su nombre y preside su hermana Beatriz, entregó una ayuda de siete mil euros a la Unidad de Investigación Oncológica del Hospital Macarena por los avances en la prevención, tratamiento y curación del cáncer de mama.

Un comité científico de la propia Fundación evalúa los diferentes proyectos. La ayuda fue recogida por el doctor Luis de la Cruz Merino, oncólogo y director de la Unidad del Centro de Oncología. Este médico destacó los decisivos progresos en la llamada investigación transnacional. "Es el conocimiento que se adquiere en el laboratorio y se traslada lo más rápido posible a la clínica, a la consulta. Eso permite el doble reto de individualizar el tratamiento y aplicar la terapia adecuada".

Sandra Ibarra, partidaria de llamar a las cosas por su nombre, pidió a los médicos que utilizaran un lenguaje lo más asequible posible. Víctor Sánchez Margalet, catedrático de Bioquímica, destacó de esa investigación, objeto de la ayuda de la Fundación, que permite aprovechar "los dos abordajes, el clínico y el de laboratorio". Ciencias de la Salud en el sentido más literal.

El público estaba en su mayor parte constituido por mujeres que combaten el cáncer de mama. Sandra Ibarra, a la que con veinte años le diagnosticaron un cáncer de leucemia, las animó a no tirar la toalla. "Ayer tuve la última sesión", celebraba una de ellas. Mónica Suengas, coordinadora de la Unidad de Investigación de Ensayos Clínicos y Oncología, les tenía preparada una sorpresa.

Una enfermera de ensayo de la misma unidad preparó un vídeo en el que muchas se reconocieron como participantes en el desfile We Love Flamenco que tuvo lugar en el hotel Alfonso XIII. Aman el flamenco y aman la vida con una radicalidad admirable, más en tiempos en los que cotiza a la baja en los mercados de la ética y el humanismo.

La enfermera autora del vídeo preparó un ejemplar para cada una con una dedicatoria que emocionó a todas. "Sois nuestras grandes guerreras", les decía a estas bellezas convertidas en modelos por circunstancias de la vida. Una metáfora de la propia trayectoria profesional de Sandra Ibarra, que empezó a desfilar, ya con la enfermedad, para un pasarela a beneficio de la Asociación contra el Cáncer.

Enfermeras y pacientes se mezclaban en el patio de butacas de Enfermería. Dolores de Pablo-Blanco, delegada de Asuntos Sociales, Familia y Zonas de Especial Actuación, presidió el acto, al que llegó acompañada de Macarena Smith, directora general de Familia y Salud del Ayuntamiento. El cuadro médico lo completó Antonio Barco, del laboratorio de Bioquímica Clínica.

"El cáncer es una enfermedad desconocida, silenciosa", dijo en su intervención Dolores de Pablo-Blanco, que pidió un reconocimiento expreso para los médicos pero dio a entender que en este combate es precisa la participación de todos. La implicación de la Fundación en apoyar la investigación es síntoma, dijo la delegada, "de una sociedad humana y moderna".

Sandra Ibarra, nacida en la patria dominicana del merengue, dijo que la música es la mejor terapia. "Da muy buenos resultados también en el alzhéimer", dijo Carmen Nuño, la cantante, que salió acompañada de un guitarrista. La ficharon viendo el Betis-Valladolid la doctora Mónica Suengas y Yolanda Vielba, delegada en Andalucía de la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad Frente al Cáncer.

Al final del acto, todas se fotografiaron con la artífice de esta donación. En el panel del photo-call, una frase, un deseo de la propia Sandra Ibarra: "Sueño con el día en que podamos escuchar las palabras mágicas: el cáncer se puede curar". Hay días para llorar "pero también hay días para pelear con ese pañuelo que es nuestro símbolo".

Sandra Ibarra recorrió el campus del Hospital Universitario, animado por estudiantes de Medicina. Alumnos que tienen en este claustro de la Unidad de Oncología un modelo a seguir. El celo profesional permanente para ganarle parcelas a una palabra llana de muy agudos efectos.

La Fundación Ibarra firmó un convenio con el Ayuntamiento de Sevilla para organizar una cena solidaria que ya va por su segunda edición. La primera se celebró en el Real Alcázar y el dinero recaudado se destinó al hospital Virgen del Rocío, concretamente a la investigación del cáncer de pulmón realizada por el oncólogo Luis Paz Ares. En esta ocasión, la cena solidaria cuyos fondos fueron a Oncología del Macarena tuvo lugar en el Palacio de los Marqueses de La Algaba.

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