Sevilla

En busca del grafitero

  • La Policía Local recibe formación para perseguir los grafitis vandálicos. El objetivo es identificar a los autores para que canjeen sus multas por limpiar las paredes.

Una treintena de policías locales de Sevilla capital y de varios municipios de la provincia han realizado esta semana un curso de investigación de grafitis, una actividad pionera en Andalucía y que en España sólo existe en la zona del Levante. El curso lo ha impartido David Pérez Martínez, un experto en grafitis de la Policía Local de Alicante, que tiene una unidad especializada en esta materia. En estas sesiones, los agentes han podido conocer los tipos de grafitis, el perfil de los autores de los mismos, las firmas que éstos utilizan, todo ello con la finalidad de poder identificarlos y luchar contra las pintadas que se consideran actos vandálicos, no así las artísticas.

El curso ha estado organizado por el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme) en Sevilla, con el apoyo de la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía (ESPA), y se ha celebrado a lo largo de toda la semana en el centro cívico La Ranilla. Han participado diez agentes de la Policía Local de Sevilla y otros 18 de distintos municipios de la provincia y de Huelva. Una de las sesiones ha sido de carácter práctico, y en ella los agentes han conocido los distintos tipos de sprays que utilizan los grafiteros, así como las zonas de Sevilla que más sufren este problema.

Entre ellas destacan el paseo Juan Carlos I y los bajos del puente del Cristo de la Expiración. En un paseo por esta zona, el instructor del curso ha podido reconocer grafitis hechos por un grafitero de Elche, al que tenían identificado en sus archivos. Para este experto, la ordenanza municipal antivandálica es perfecta para luchar contra este tipo de vandalismo, puesto que no sólo contempla multas de carácter económico, sino que permite canjear estas sanciones por trabajos en beneficio de la comunidad.

"El objetivo de nuestro trabajo no es multar, sino que las paredes estén limpias. Y eso se consigue poniendo a los grafiteros a limpiar, una vez que hayan sido identificados y se les puedan imputar decenas de pintadas, de manera que puedan cambiar las multas por trabajos de limpieza. En un simple paseo por Sevilla, nos damos cuenta de que hay muchísimos grafitis, sobre todo en los cierres metálicos de los comercios", apunta este policía de Alicante, cuya unidad identificó hace unas semanas al autor de las pintadas en el tren Al Andalus.

Los trenes y los tranvías son objetivos preferidos de los grafiteros porque supone un salto de nivel. Los grafiteros suelen comenzar su actividad de niños, con diez o doce años. Comienzan haciendo firmas o tags, primero en bocetos en casa y luego en las paredes de las calles y en los bancos de los parques. Después van perfeccionando su estilo. Pasan al spray. Cuando han pintado miles de paredes, ya con 15, 16 ó 17 años, buscan algo más, y pintar un tren o un tranvía da estatus. Son personas con un ego muy marcado, lo que les lleva a dejar su firma allá donde van.

El tag es la forma más básica y común del grafiti. Es simplemente un nombre, una firma, que puede llevar letras o dígitos, o mezclar ambos. Los autores suelen ir evolucionando, incluyendo adornos o añadir numeración. Hay algunos que firman con su código postal. Otros cambian las firmas si han sido sorprendidos antes por la Policía.

Inicialmente los tags suponían una forma de marcar el territorio. Hoy se entiende más una manera de dejar su huella, "de decir yo he estado aquí", que una marca de posesión o de dominio. Se diferencia aquí este concepto del de los grafiteros de bandas latinas, que suelen marcar el territorio realizando grafitis en las paredes de los barrios que controlan. En la zona de la Macarena, por ejemplo, la Policía ha detectado algunas pintadas alusivas a los Latin Kings, identificables por la presencia de una corona o de las iniciales LK.

El grafitero común, en cambio, trata de dejar su firma en todas partes, sin intención de marcar el territorio. Es una cuestión más de egocentrismo. "Quieren que la gente crea que es el rey", apunta el profesor, que aboga por la investigación para frenar desde el inicio la posible actividad de los grafiteros.

Los tags evolucionan luego hacia los tags con outline o contorneados, que surgieron cuando se inventó la boquilla o la válvula ancha. Así, se realizan piezas de tamaño mayor, con firmas contorneadas con con líneas más finas de color. En este punto es fácil detectar la existencia de algún grafitero novato, pues sus tags suelen tener churretones o los colores se salen de las letras.

Un paso más en la evolución son las llamadas bubble letters o letras pompa. Son iguales que los tags con outline pero más grandes, con las letras más gruesas y redondeadas, con colores en el relleno y en el borde. Pueden ir acompañados de adornos como nubes y estrellas. Sus autores suelen recrearse en ellos, no tienen prisa y hacen rellenos perfectos y se detienen en los detalles decorativos. Este estilo es bastante trabajado por las chicas.

Menos cuidados son los llamados throw ups, vomitados o potas. Son una evolución mala de las letras pompa. Apenas hay diseño. Se busca más la cantidad que la calidad. Esto hace que las letras no tengan relleno o los rellenos sean de mala calidad. Los autores van muy rápido, su objetivo es destrozar la mayor cantidad de fachadas posible. Gastan poco material para ello. Éste es precisamente el estilo que más abunda en Sevilla, salvo en algunas zonas de la ciudad donde predomina el grafiti artístico. Los grafiteros optan por pintar los cierres metálicos de los comercios, son pintadas alargadas y con rellenos malos.

En Sevilla no se ha hecho nada a nivel policial contra los autores de las pintadas. En alguna ocasión se ha identificado a alguna persona que llevaba consigo algún spray, pero no se ha podido demostrar que sean los autores de actos vandálicos. La Policía Local no tiene a nadie que se encargue de esta materia y éste es el primer curso que se hace en Andalucía sobre ello. "Sevilla es ideal para poder implantar una unidad así, porque tiene una plantilla de 1.200 habitantes y porque algunos de sus policías ya han sido formados en el tema de las bandas latinas, que tiene algunos elementos comunes con los grafitis", indica el profesor.

David Pérez pertenece a la unidad de atención e imagen urbana de la Policía Local de Alicante, que se creó a raíz de una operación policial que se hizo contra los grafiteros en Sabadell y que la alcaldesa de Alicante quiso copiar para su ciudad. Ahora se están creando unidades similares en Benidorm, Petrell y Orihuela. El Levante es una zona muy castigada por los grafiteros, muchos de los cuales son de Madrid y veranean en pueblos de la costa alicantina.

Los policías lamentan que haya tenido que ser un sindicato y no el Ayuntamiento quien asuma la formación de los agentes en la lucha contra las pintadas, pese a que hay una ordenanza en vigor que no habría ni que modificar para poder aplicarla. Sin embargo, a día de hoy, las multas a los grafiteros, y los trabajos de limpieza para canjearlas, solamente figuran en el texto de la ordenanza. No se ha aplicado ni una sola vez.

Trasformación de los bajos del puente del Cachorro

Las cinco entidades que tienen su sede en los bajos del Puente Cristo de la Expiración realizan este fin de semana una intervención de grafiti mural que, con el lema En el Puente, transformarán este espacio. Debajo del puente, en la comunidad La Otra Orilla, trabajan a diario un buen número de personas que desde cada una de sus entidades (Médicos del Mundo, Asedown, Danza Mobile, Sevilla Acoge y Tándem) defienden los derechos de las personas en situación de inclusión, con el propósito de realizar los cambios sociales que permitan mejorar su calidad de vida. Esta iniciativa de concienciación pretende dar a conocer el emplazamiento de estas entidades, sensibilizar sobre la labor social que llevan a cabo y, al mismo tiempo, regenerar este espacio que en los últimos años ha sido objeto de numerosas acciones de vandalismo. En este propósito colaboran desinteresadamente conocidos escritores de graffitis como Sabek, Srger, Lolo Fónico, Koctel, Tinatha, Grouper, Oye, Bruyer, Osier… La iniciativa impulsada por estas cinco asociaciones arrancó ayer a las once y media de la mañana y terminará hoy domingo a las nueve y media de la noche. El proyecto está patrocinado por Lipasam y en él colaboran Montana Shop Sevilla, AXA Seguros y el distrito Casco Antiguo.

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