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Los invisibles

"Pasabas más tiempo haciendo de policía o psiquiatra que de profesor"

  • Francisco Núñez Roldán. En su 'otra' vida fue militante comunista y actor callejero en Londres con Sabina. Iba para arquitecto o filósofo, pero terminó dando clases de Inglés

SE jubiló de enseñar, pero no de aprender. Francisco Núñez Roldán (Madrid, 1949) le enmendó la plana a la Armada Invencible. Enseñó inglés en Triana, Coria y San Sebastián.

-¿Cuándo descubre Sevilla?

-Con once años. A mi padre, topógrafo, lo trasladaron a Lora del Río al canal del Bajo Guadalquivir. La familia de mi madre es de Mancha Real, Jaén, y la de mi padre, vascos. Yo nací en medio con dos abuelos militares.

-¿Con quién pelearon?

-A mi abuelo materno no le dio tiempo. Está enterrado en Paracuellos del Jarama, donde lo fusilaron. Mi madre y mi abuela se llevaron un disgusto terrible cuando en el 73 me apunté al Pecé. A los del PSOE que tienen mi edad no los recuerdo de ninguna manifestación.

-¿Por qué estudió inglés?

-Hice un año de Arquitectura, pero vi que no era lo mío. Me matriculé en Filosofía y Letras para hacer Historia, pero preferí inglés por si tenía que salir España. La longevidad del dictador era desconocida.

-¿Su primer destino docente?

-Profesor de Inglés en la Escuela de Arquitectura. Todos los alumnos eran más viejos que yo. Después fui a Triana, al actual instituto Vicente Aleixandre, como agregado, y la cátedra la saqué en el Rodrigo Caro de Coria.

-Triana, Coria. Siempre el río...

-Me gusta mucho viajar y decidí conocer la tierra de mi padre, los Fagoaga, que eran de Zugarramurdi, donde las brujas. Y me fui a San Sebastián de 1986 a 1988.

-¿Inglés con gotas de euskera?

-No aprendí mucho vascuence. Me dediqué a repasar el francés.

-Eran los años de plomo...

-En clase era espeluznante. Nadie hablaba de lo que tú sabías que estaban pensando.

-¿Allí, con tanto por narrar, surge su faceta de novelista?

-Entonces sólo escribía poesía y traducciones del inglés. La novela vino después. Incluida una sobre el ambiente de ETA, El peón doblado, que no me editó nadie.

-¿Quiénes eran más permeables para el inglés, los alumnos vascos o los sevillanos?

-En eso no había mucho cambio. Eran tiempos con poca Logse, afortunadamente, y los alumnos eran relativamente estudiosos. No se perdía mucho tiempo en hacer de psiquiatra o de policía, casi todo el tiempo hacía de profesor de Inglés. Cuando volví a Triana, la cosa cambió.

-Una de sus alumnas no deja de salir en los telediarios...

-A Susana Díaz la tuve dos cursos, en primero y segundo de bachillerato. Una alumna corrientita. Le puse un bien. Era una chica de seis, ni de Suficiente, ni de Notable. Era un poco, no quiero utilizar una palabra ofensiva, no llegaba a reivindicativa. Era muy seguida, como dicen por aquí. Guardo su ficha con la nota y la foto, pelo negro y rizado.

-¿Por qué a los españoles les cuesta tanto aprender inglés?

-No ha habido tradición de aprender idiomas. El francés ganó la batalla de la lengua. Funcionaba el cliché de la lengua del imperio. Pudo ser el alemán, pero como perdieron la guerra. Me entristece la ignorancia que existe en España hacia el portugués. Sólo lo utilizan para comprar toallas o ir al Algarve, pero no leen a Pessoa o Eça de Queiroz.

-¿El Nobel de Saramago cambió un poco las cosas?

-Saramago y el 25 de abril.

-El inglés le dio de comer. ¿Y los ingleses?

-Inglaterra es muy aburrida y su gastronomía vomitiva, para salir corriendo. La excepción es Londres, una de mis patrias. Me encantan sus pubs, su cerveza. Estuve un año allí, en 1974, haciendo teatro con Joaquín Sabina, que cantaba en los bares. Representábamos cosas de Bertolt Brecht para españoles con Fraga de embajador. Me vine porque la Administración buscaba como locos licenciados en inglés.

-En España no hay britanistas, pero a los hispanistas británicos les encanta nuestro país: Carr, Preston, Elliott, Thomas...

-A nosotros nos parecería extraño que un español les desvelara a los ingleses las claves de la revolución industrial, pero nos parece normal que nos hablen de la flota de Indias o la crisis de los Borbones. Son países que estudian mucho.

-Pitt-Rivers llegó a Grazalema con una recomendación de Gerald Brenan.

-¡Era tan distinto a su tierra! Desde los románticos, Andalucía para ellos es un África civilizada con vino, chumberas, palmeras y libertad de costumbres.

-¿Le gusta más Soria que Nueva York, como escribe en el último número de Cuadernos de Roldán?

-He estado una vez en Nueva York y no pienso volver. Está tan vista en películas que no me dice nada. Soria, sin embargo, me lo dice todo: el paisaje, el vino, el cordero. Y sin películas.

-¿Conoce al otro Francisco Núñez Roldán, el historiador?

-A él lo felicitan por mis novelas y se quedan asombrados de lo mucho que yo sé de la provincia de Huelva. Sólo nos llevamos un año. El que se muera primero le va a dar más de un susto al otro cuando llamen para el pésame.

-¿Su próximo viaje?

-Este verano, a las montañas de León y Asturias, a ver las fortificaciones de la Guerra Civil que se hicieron para intentar frenar a las Brigadas Navarras.

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