No es un hostal ni tampoco una pensión. Su traducción al castellano es albergue, pero el hostel cuenta con unas características propias: su ubicación en antiguos edificios rehabilitados y fuertes dosis de modernidad y de diseño. Éstas son las señas de identidad de un negocio cada vez más presente en el mercado hotelero sevillano. Durante el primer trimestre, según datos del Consorcio de Turismo, 51.428 viajeros se hospedaron en hostels, lo que representa un 7,1% del total de los visitantes que se alojaron en la ciudad. El informe del Ayuntamiento refleja la preferencia de los visitantes por este tipo de alojamiento frente a los apartamentos turísticos, donde pernoctó un 4,5%.

En media hora, más de una veintena de extranjeros pasan por la recepción de Toc Hostel, frente al Archivo de Indias. Coreanos, americanos, argentinos... Los viajeros de diferentes nacionalidades que se hospedan en él comparten habitaciónes, espacios y experiencias.

En la sala común de The Nomad Hostel, junto a la Plaza de la Magdalena, destacan los pósits en las paredes. Y no por sus llamativos colores, sino por las frases que contienen: "¿Quién se apunta a tomar una cerveza esta noche? Estoy en la habitación 8"; "Mañana quiero ir a la playa, ¿alguien viene?"

Ése es el espíritu de los albergues privados. Uno de los socios de The Nomad, David Ciudad, explica que entre sus misiones principales destaca la de organizar actividades para que los viajeros se pongan en contacto. La iniciativa de este antiguo mochilero nació porque la mayoría de los huéspedes que practican este turismo low cost son jóvenes que viajan solos.

Pero en este tipo de hospedaje también hay espacio para los no tan jóvenes, para grupos de amigos o familias enteras.

Además de la s de socialización que los distingue, el hostel es más barato que un hotel, aunque comparte con él los estándares mínimos de calidad. "Tampoco es lo mismo que un hostal, ya que nosotros no vendemos habitaciones, sino camas", indica Ciudad.

Por su parte, la directora de Toc, Blanca Domínguez, comenta que también es posible alquilar habitaciones enteras: "Aquí vienen muchas familias o grupos de amigos que se quedan en su propio dormitorio".

El dueño de Trotamundos, en la calle Bailén, Carlos Carmona, reconoce que la mayor demanda de este hospedaje se debe a que los hábitos de los turistas han cambiado: "Las aerolíneas de bajo coste han propiciado que haya más gente que viaje y que, por tanto,haya más perfiles de viajeros". En este sentido, los hostels son una opción cada vez más compartida por aquellos que optan por el intercambio cultural y social.

Al hacer una búsqueda en una página web de reservas de alojamiento, la opción más popular para gestionar estas visitas turísticas, aparecen en Sevilla alrededor de 45 hostels.

Pero no todos ellos son iguales. Como sucede con los hoteles, hay diferentes categorías. Por ejemplo, los cuartos de baño de la mayoría son compartidos. Sin embargo, algunos pocos los incluyen en los dormitorios. El Toc Hostel ofrece incluse suites con vistas a la catedral.

La traducción al español de hostel es albergue. Sin embargo, en España, por cuestiones comerciales, no se utiliza el término en castellano para nombrar este tipo de alojamiento. Así lo explica Carmona: "Aunque son lo mismo, albergue tiene una connotación peyorativa y se relaciona, además, con el turismo rural. Utilizar hostel es una forma de atraer a los extranjeros".

El único contrapunto de estos alojamientos turísticos es que todavía no están reconocidos como tales en el Registro de Turismo de Andalucía. Legalmente funcionan como albergue, hostal o pensión, aunque se anuncien como hostel.

Al contrario de lo que sucedía en años anteriores, cada vez son más los hostels que se inscriben en el registro andaluz y en la Asociación de Hoteles de Sevilla. Desde la asociación indican que no son una competencia clara, ya que atraen a un público diferente al de los alojamientos turísticos habituales.