Una fecha en el horizonte a la que será imposible llegar. El pasado 14 de mayo, el anterior alcalde, Juan Ignacio Zoido, firmaba con el coleccionista Mariano Bellver y su esposa, Dolores Mejías, el contrato por el que cedían a la ciudad su vasta colección de arte. Más de 900 piezas que se mostrarían para el disfrute de sevillanos y foráneos en el Pabellón Real de la Plaza de América. La fecha que se apuntaba para era el 5 de diciembre de 2016, día en el que Bellver celebrará su 90 cumpleaños. La que se anunciaba como una feliz apertura no será posible puesto que en ningún momento se culminó el proceso ni se tramitó la redacción del oportuno proyecto de rehabilitación del edificio que Aníbal González proyectó para la Exposición Iberoamericana de 1929.

La junta de gobierno del Ayuntamiento aprobó el pasado 20 de febrero la encomienda a la Gerencia de Urbanismo para la redacción del proyecto básico y de ejecución de las obras de adaptación del Pabellón Real para acoger la colección Bellver, pero el Consejo de la Gerencia nunca adoptó el acuerdo de aceptación, por lo que actualmente no hay ningún proyecto para que el Pabellón Real acoja la colección Bellver. Esta circunstancia ha salido a luz después de una pregunta del Grupo Popular al pleno en la que cuestionaba en qué punto se encontraba el proyecto de restauración. La respuesta dada por el gobierno revela cuál es la realidad: "El gobierno anterior no culminó el proceso de encomienda ni elaboró el proyecto de restauración. No obstante, es voluntad de este gobierno llevar a cabo la restauración del Pabellón Real para albergar la colección Bellver".

Fuentes del gobierno municipal explicaron a este periódico que Urbanismo elaboró en su momento un informe y cronograma en el que se recogían los estudios y trámites administrativos que eran necesarios para la total conclusión del encargo. Esta documentación se trasladó al ICAS con fecha 19 de noviembre de 2014. En este informe se recogía la necesidad de que fuera aprobada la encomienda de gestión a la Gerencia de Urbanismo, a lo largo del mes de diciembre, así como la contratación del plan museológico y de gestión del centro para que esos documentos estuvieran elaborados a final de abril.

Aunque la junta de gobierno aprobó la encomienda de gestión, aún no se ha adoptado el acuerdo de aceptación por Urbanismo. El único documento que consta en la Gerencia, realizado por iniciativa de los propios técnicos, es un informe sobre el estado actual de conservación, con nuevos planos del Pabellón Real que recomienda una intervención en dos fases: una primera de consolidación y restauración de las fachadas y la siguiente de adecuación del edificio a su uso. Por tanto, ni se ha culminado el proceso ni se ha iniciado formalmente la redacción del proyecto.

Son varios e imprescindibles los trámites que restan para que el Pabellón Real albergue la colección Bellver, aunque en ningún caso se podrán cumplir los plazos anunciados. En primer lugar, es imprescindible que el Consejo de la Gerencia adopte el acuerdo de aceptación de la encomienda de gestión y se encargue el necesario proyecto. Una vez redactado, se sabrá realmente cuál es la inversión necesaria para la reforma y adaptación del edificio, aunque se fijó en su día en tres millones de euros. También hay que redactar un informe y cronograma actualizado de los trámites para que las obras avancen. Por último, se requiere un estudio específico del estado real de conservación del numeroso material cerámico ornamental existente, un análisis que sí está en marcha pero pendiente de finalizar.

Una colección de casi mil piezas legadas a la ciudad

364 pinturas, 38 esculturas de madera, 19 de mármol, 156 piezas de cerámica y porcelana, 87 piezas de orfebrería y 105 de mobiliario. La colección Bellver abarca obras desde el siglo XVI al XXI en la que abundan pinturas de temática costumbrista sevillana con lienzos de, entre otros, Gonzalo Bilbao, Rico Cejudo, Alfonso Grosso o Sánchez Perrier. La intención del coleccionista siempre fue que su colección no se dispersara y que pudiera verse en su conjunto, por ello, la intención era que se realizara una muestra rotacional de las piezas en el Pabellón Real en la que el 70% u 80% estuviera siempre expuesto y que resto estuviera guardado convenientemente en los sótanos.