Acaban las vacaciones y llega el inicio del curso, un suplicio para el bolsillo de muchas familias con hijos en edad escolar. Todavía se está recuperando de los gastos extra del verano cuando ya tiene que afrontar la cuesta de septiembre. El regreso de los menores a las aulas supone una de las épocas de mayor desembolso, pero evitar que la pendiente sea tan empinada como la temida de enero es posible siempre que se cuente con una buena planificación. Muchas familias no dejan de hacer cuentas y recurren a diferentes fórmulas de ahorro: desde las más sofisticadas, como comprar prendas en grandes almacenes y bordarlas con el escudo del colegio para hacerse con uniformes low cost hasta el clásico hasta heredar la indumentaria de los hermanos mayores.

Los gastos varían según si los estudiantes asisten a colegios públicos, privados o concertados. Las familias andaluzas prevén un desembolso total medio de alrededor 370 euros por hijo en el caso de los estudiantes que acuden a centros públicos. Esta cantidad asciende a más de 460 euros para aquellos que asisten a colegios concertados y alcanza los 1.000 euros por cada menor en un centro privado. Estas cifras suponen un incremento del 4,4% respecto a 2014 en el desembolso de la vuelta al cole, según un sondeo realizado por la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA).

La mayor diferencia se produce en la compra de los libros. En los públicos y en los concertados, éstos no se tienen que pagar debido al programa de gratuidad de la Junta, mientras que en los privados hay que abonarlos íntegramente. Los padres que prefieren ahorrarse las colas de última hora reservan sus libros a principios de verano en grandes almacenes, como El Corte Inglés. Éste ofrecía un 5% de descuento en material escolar para aquellos que hubieran hecho la reserva antes del 9 de agosto y permite que los libros se paguen a plazos.

Los que optan por lo cómodo pueden tener los manuales listos sin salir de casa. La empleada de La Casa del Libro Isabel Garduño señala que muchos padres están recurriendo a la compra on line. "Ya en julio encargan los libros por internet a las editoriales y se benefician de descuentos que sólo están disponibles en la web", destaca Garduño.

El uso de las posibilidades que ofrece internet por parte de los padres va de la mano con el auge de las TIC en la educación de sus hijos. Los colegios que apuestan por la innovación prescinden cada vez más del papel y lo sustituyen por las nuevas tecnologías. María Idígoras cuenta que su hermano sólo utiliza libros en Inglés, Física y Química, y en Lengua. Para aprender la lengua extranjera, los alumnos de 4º de ESO del instituto público Ítaca de Tomares cuentan con un manual cada uno. Sin embargo, para las otras dos asignaturas sólo hay disponibles alrededor de 40 manuales para los estudiantes de todo el curso. En el resto de las clases se recurre a la enseñanza virtual.

Las TIC permiten un ahorro en material escolar. Para escatimar gastos, algunos centros apuestan por los fondos comunes. Carmen Ortega abonó en junio 50 euros para que el centro privado-concertado Nuestra Señora del Loreto (Las Irlandesas) se encargue de comprar los útiles que su hijo de seis años necesitará el próximo curso. Ortega reconoce que, aunque la iniciativa de compartir los materiales suscitó quejas entre algunos padres, a ella esta medida le es más cómoda.

La necesidad de economizar obliga a muchas familiar a comparar precios. Sin embargo, Ángeles Uncala, que tiene un hijo que estudia en el centro concertado Escuelas Francesas, apunta que no existe mucha diferencia entre los grandes almacenes y las papelerías de barrio. "Aunque a priori los pequeños comercios puedan parecer más barato, en Carrefour, por ejemplo, encuentro paquetes de 10 bolígrafos. A largo plazo me resulta más rentable, ya que el niño los va a ir gastando durante el curso.

La vestimenta eleva con creces la cuesta de septiembre. La UCA advierte que las familias andaluzas se gastan más de 100 euros en uniformes. "Aunque depende del centro, lo normal es que la compra de todo el equipo ronde los 200 euros", matiza María José Muñoz, empleada del comercio de uniformes Trimber.

La mayoría de colegios concertados y privados tienen registrado un escudo que lo exigen en la ropa reglamentaria, lo que encarece su compra. A la fórmula de ahorro clásica -la de heredar las prendas de los hermanos mayores- se unen soluciones más sofisticadas.

Los expertos en encontrar los mejores precios se niegan a hacerse con el uniforme original y recurren a alternativas más baratas. "Compré polos básicos en Hipercor, que me salieron a mitad de precio que los personalizados y los llevé a que los bordaran con el logo del centro", reconoce una madre consultada por este diario. Otros padres afirman que cuando el niño crece y el pantalón largo ya no le vale, lo cortan para que le sea útil en la indumentaria de verano.

Los que se resienten a comprar cada curso más de un chándal, la prenda más cara del uniforme según Muñoz, utilizan los parches cuando los pantalones se rompen por la rodillas, otro clásico del colegio. A las puertas de septiembre y a un paso de la vuelta al cole, Uncala respira aliviada. Su niño este año no ha crecido tanto y se va a poder ahorrar los 70 euros que cuesta el chándal.