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Sevilla

La clientela como aval

  • El cambio de ubicación de las tiendas históricas por el fin de la renta antigua no afecta a sus ventas.

Cambios de ubicación que no afectan a las ventas, por ahora. El fin de la renta antigua que tantos titulares ha protagonizado los últimos meses, habida cuenta de los numerosos traslados a los que se han visto obligadas tiendas con bastante tradición en el centro de Sevilla, ha encontrado en la clientela habitual el mayor aval para que todo -excepto la ubicación- continúe como estaba. Eso sí, a la hora de hacer cuentas, está claro que el precio del alquiler provoca una mayor mordida en el apartado de gastos frente al de ingresos.

La Cerería del Salvador ha sido uno de los negocios que se vio forzado a cambiar de lugar. Un desplazamiento de pocos metros, pues continúa en la emblemática plaza, aunque ahora en la desembocadura de la calle Córdoba y no frente al inmenso templo. El local que ocupaba, propiedad de San Juan de Dios, será usado ahora por la orden como lugar de entrada y salida de ambulancias. "A los pocos días de colgar el cartel con el anuncio del nuevo emplazamiento nos lo quitaron", recuerda Manuel López, dueño de la cerería que se fundó en 1846 en La Puebla del Río y que luego pasó a la calle Teodosio.

De haber seguido en su ubicación tradicional, la tienda hubiera cumplido en 2016 cien años. Un centenario que no podrá celebrar, aunque su dueño sí festeja -y mucho- el "buen verano" que ha tenido el negocio. "Uno de los mejores que hemos conocido", asegura López, quien afirma que mantienen el mismo número de clientes, un logro al que contribuye la cercanía con su antigua ubicación. El local actual, mucho más extenso que el anterior y con mayor espacio expositivo para sus artículos religiosos, estuvo ocupado antes por la zapatería Dorado, que se ha mudado a la calle Lineros.

Desde el 16 de junio la Relojería Torner abrió sus puertas en la calle Alcaicería tras abandonar su tienda habitual en la calle Sagasta. Dicho local también es propiedad de la orden de San Juan de Dios, acogido a la renta antigua. Allí ha permanecido desde 1877. Sólo cinco años estuvo fuera por obras. Su dueño, Javier Margüesis Torner, indica que, aunque por el edificio de ahora ha de pagar más que por el anterior, "se logra sobrevivir gracias a la clientela, que se mantiene fiel al negocio". "Esta calle es más turística que Sagasta, algo que con el tiempo nos beneficiará", apostilla el propietario de esta lengendaria relojería.

La recién inaugurada tienda del Bazar Victoria en la calle Francos vive sus primeros días con la visita de numorosos sevillanos, muchos de los cuales -según su encargado, Juan Miguel Peña- se acercan por "curiosidad" para ver "cómo ha quedado" este negocio tradicional que se encontraba en Entrecárceles.

Este verano, por otra parte, han sido varias tiendas las que han cerrado sus puertas, como la del Sevilla F. C. en Francos, la del Betis en la Plaza Nueva y Confecciones Peña en la calle Córdoba.

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