Sevilla

Un patrimonio por explotar

  • Legado Expo idea ya el calendario de actos de cara al 25 anivesario de la muestra Desea que en 2017 los sevillanos "invadan" la Cartuja

Todo comenzó con un monasterio. Antes habían estado los árabes haciendo cerámica. Luego, los cartujos, hasta que llegaron los franceses, que se adueñaron del terreno. En el XIX, con Mendizábal, pasó a manos privadas. En el 82 la Junta consiguió ser la propietaria. Diez años después se convirtió en el epicentro de la exposición universal que cambió para siempre la historia de Sevilla. Éste es, a grandes trazos, el devenir del monasterio de la Cartuja que ayer visitaron varios grupos dentro de los recorridos que organiza Legado Expo dos veces al año para dar a conocer un patrimonio que aún se mantiene de espaldas a la ciudad.

"Es cierto que donde un día se celebró la Expo hay aún muchas zonas abandonadas, pero no es menos verdad que aquí se encuentra el parque tecnológico con mayor facturación de España y que aún se mantienen en pie varios pabellones que siguen siendo un referente en la arquitectura de vanguardia". Las palabras sirven de bienvenida por parte de Ángel Aramburu, presidente de Legado Expo, una institución que ya se ha reunido con varios representantes municipales y que ha logrado el compromiso de Espadas de tener en cuenta sus propuestas de cara a la celebración del 25 aniversario de la muestra.

"Intentamos que la próxima conmemoración no pase tan desapercibida como la del 20 aniversario. En nuestro espíritu no está el revivir la Expo como fue, pese a que incluyamos alguna celebración festiva, sino poner en valor este recinto de la ciudad", explica Aramburu, que espera que las bodas de plata sirvan de "punto de inflexión" para hacer de la Cartuja "el motor cultural, empresarial y económico de Sevilla". El presidente de Legado Expo detalla varios de los factores que invitan a conseguir este logro. "Aquí se abrirá pronto el Caixafórum, tenemos el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y el Pabellón de la Navegación. Son tres centros importantísimos que harían de esta zona la factoría cultural del Sur de Europa", apostilla.

"Con la Fundación Tres Culturas, el Auditorio Rocío Jurado y el Teatro Central no es necesario partir de cero", refiere Aramburu, para quien aún quedan bastantes mejoras que acometer en este recinto, como la reapertura del que fuera Pabellón de la Naturaleza o la recuperación del Jardín Americano, único en Europa por las especies que contiene. De ahí que el objetivo último que persigue la institución que preside sea la de que los sevillanos "indunden" la Cartuja dentro de dos años. "Será la mejor forma de explotar este patrimonio", comenta.

El recorrido que organiza Legado Expo coincidiendo con el aniversario de la clausura discurre por la zona sur. Cuando se conmemora la apertura se organiza por la parte norte. Empieza por los Jardines del Guadalquivir. Allí los guardias recuerdan que en 1976 el rey Juan Carlos I, al poco tiempo de acceder al trono, ya tenía en mente una exposición universal que tomara como referencia el monasterio de la Cartuja, donde Cristóbal Colón ideó sus dos primeros viajes a América. Luego se visita el Auditorio Rocío Jurado, donde Francisco Bustamante, presidente de TCM (empresa que gestiona el recinto), explica sus características y los detalles de los conciertos que acoge al año. El arquitecto del auditorio, Eleuterio Población, diseñó buena parte de este teatro al aire libre pensando en el espectáculo que más veces se celebró en la Expo: Azabache.

La visita prosigue por los puentes que cruzan el canal por el que un día discurría agua y servía para la llegada de los visitantes que accedían mediante barcos. Hoy están secos y repletos de maleza. Al otro lado se encuentra el Pabellón de Marruecos y luego el monasterio, donde muchos visitantes se quedan impactados con los sepulcros italianizantes de la familia Ribera, benefactores de la orden cartujana.

Una vez fuera, el recorrido continúa por el solar del malogrado Pabellón de los Descubrimientos, cuya zona expositiva sufrió un incendio antes de que se inaugurase la muestra universal. La visita culmina en el Pabellón de la Navegación y la Torre Schindler, símbolo de la participación que tuvieron importantes empresas en la Expo que ha cumplido 23 años.

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