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Sevilla

Emasesa reduce las fugas un 95% en el distrito centro

  • El casco antiguo era tradicionalmente el sector con mayor número de incidentes por efecto de la edad de las tuberías. La empresa aplica ya tecnología suiza para localizar escapes.

Por el sonido se sabe dónde están los escapes de agua. Cada vez se pierde menos agua de las tuberías del casco antiguo, la zona de la red con mayor antigüedad, con conducciones que en algunos casos llevan cien años de uso. Los sucesivos planes de Emasesa para reducir los índices de la técnicamente denominada como Agua No Registrada (ANR) ha dado resultados: de 1997 a 2015 se ha conseguido bajar la cantidad de escapes en un 95%. Los factores que han permitido conseguir este resultado son la mejora continua en la aplicación de nuevas tecnologías y las obras de modernización de la red. En el primer caso, hay que destacar que Emasesa lleva año y medio aplicando tecnología suiza en la investigación de fugas, consistente en medidores de sonido que se colocan bajo tierra. Estos aparatos, que tienen una vida útil de cuatro años prolongable con nuevas baterías, se activan durante dos horas, de 03:00 a 05:00, por ser la franja de menor consumo, con la finalidad de que informen del sonido de agua que pueda presumirse procedente de un escape por fallo en la red. Si el sonido es continuo en una franja horaria donde lo habitual es el silencio absoluto por falta de uso, se considera que existen sospechas de fuga. Obviamente, Emasesa trabaja previamente con un mapa de zonas divididas por sectores, donde están estudiados los caudales mínimos de consumo y, por lo tanto, donde la subida repentina de agua puede ser el primer indicio de una anomalía.

Los medidores son colocados en zonas donde se presume que puede haber problemas. La mejora en los programas contra las fugas de agua ha permitido que se reduzca la ratio por debajo de la cual que se decide colocar un medidor, que ha pasado de 0,50 a 0,30 metros cúbicos por hora y kilómetro de red. 

En el caso de las obras de mejora de la red, destacan las reformas efectuadas en los últimos años en San Luis, Enladrillada, San Lorenzo, Trajano, Zaragoza, Arenal... Zonas donde eran habituales las fugas. Una de las causas habituales de los escapes, además de la edad de las conducciones, son los cambios de temperatura. Sevilla es una ciudad con un clima propenso a los cambios bruscos, a tránsitos repentinos del calor al frío, lo que tiene una repercusión directa en las cañerías, que tienden a resentirse hasta partirse. 

Hay casos en los que los medidores han informado, efectivamente, de sonidos entre las 03:00 y las 05:00 que, una vez realizadas las comprobaciones y rastreos con el geófono, no se correspondían con fugas, sino con el uso industrial de agua, como fue el caso de una panadería de Coria que emplea agua toda la noche por razones de trabajo. 

Las mejoras tecnológicas en la detección de fugas han aumentado el número de las que son localizadas y han reducido el tiempo que se tarda en intervenir y aplicar una solución. Anteriormente se tardaba entre tres semanas y un mes en intervenir, una vez que se había confirmado la existencia de la fuga. En la actualidad no se tarda ni una semana. Con anterioridad al uso de tecnología punta en la detección de fugas, los controles eran mucho más lentos y casi artesanales, pues las cuadrillas de técnicos tenían que ir rastreando in situ las calles donde se sospechaba que podía haber escapes.

Otra causa de fugas son las raíces de los árboles, que al crecer empujan el pavimento y las conducciones. Y, por supuesto, los casos de fraude también se incluyen dentro del agua no registrada, son casos de fugas provocadas por la acción de quienes manipulan la red para impedir la facturación. En estos casos, el departamento que interviene es de otro tipo, con medidas coercitivas para subsanar y castigar estas acciones.

Sevilla cuenta con la ventaja de tener un agua con niveles de sal muy reducidos y que genera muy poca cal en las conducciones, lo que también promueve una correcta conservación de las cañerías, que no se ven afectadas por incrustaciones de cal que acaban por corroer el material.

La red de Sevilla capital tiene 3.800 kilómetros, de los que 3.700 transportan agua potable. De éstas, el 34% son de fibrocemento, un material barato que se comenzó a colocar en la década de los setenta del pasado siglo, y un 7% de hierro fundido, que coinciden con las más antiguas. El resto de la red es de fundición dúctil, un material que cuenta con un revestimiento interior antioxidante.

La red de abastecimiento del casco antiguo tiene una longitud total de 173,9 kilómetros, de los que 147,3 son para la conducción de agua potable. Casi un 40% de las tuberías son de hierro fundido, un material de complejo mantenimiento y que tiende a niveles de oxidación elevados que deja el interior de las tuberías cargadas de costras, una suerte de colesterol que obliga a Emasesa a aumentar la presión del agua para garantizar el abastecimiento y salvar los obstáculos y que tiene como consecuencia lógica un aumento de las fugas. A mayor presión más riesgo de pérdidas en unas tuberías de por sí obsoletas. Del total de 143,5 kilómetros de red que debe ser sustituida, el 83,6% está localizado en el centro.

El más claro ejemplo de la debilidad de la red en el casco antiguo se manifiesta en las causas de fugas. El defecto de material y la corrosión externa suponen más del 60% de los casos, lo que arroja unas pérdidas de 13,3 metros cúbicos.

La edad media de las tuberías en el casco antiguo es de 30 años

La edad media de la red de Emasesa está en 30 años, una cifra que aumenta considerablemente en el centro, donde hay tuberías operativas desde hace 70 años y existe un caso singular de una conducción de un siglo de antigüedad, como el caso de la tubería 533 procedente de Alcalá de Guadaíra.  El más claro ejemplo de la debilidad de la red en el casco antiguo se manifiestaba en 2012 en las causas de fugas. El defecto de material y la corrosión externa suponen más del 60% de los casos, lo que arroja unas perdidas 13,3 metros cúbicos. El balance del número de partes que emitía entonces la compañía por fugas en la red revelaba que el casco antiguo concentraba la gran mayoría con 12,5 por kilómetros de red. 

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