El Ayuntamiento debatirá con el sector turístico durante el próximo año la posible implantación en 2017 de una tasa que se emplearía, según avanzó este miércoles el delegado, Antonio Muñoz, en un 70% u 80% en acciones promoción y marketing y en un 20% o 30% en la rehabilitación del patrimonio y monumentos que no cuentan con el presupuesto necesario. "El Ayuntamiento va a abrir el debate sobre la conveniencia de implantar, o no, la tasa turística. No incrementa la presión fiscal de los sevillanos porque la asumirían los turistas".

El delegado explicó que con un euro de tasa se lograrían unos ingresos de cuatro millones de euros que se destinarían en su totalidad al Turismo. Actualmente, la cantidad disponible para acciones de promoción, marketing, etcétera, es de 700.000 euros, por lo que este impuesto aumentaría las actuaciones. "Habría un antes y un después para el turismo en la ciudad".

Muñoz se refirió a las reticencias mostradas por los hoteleros: "En destinos urbanos son ellos los que se encargan de recaudar la tasa. Entiendo su preocupación, pero se les podría compensar de alguna otra manera. Todo se puede negociar". El delegado también aseguró que el Ayuntamiento no cuenta con ningún punto de partida: "La experiencia demuestra que la tasa no es disuasoria. Ahí está el caso de Barcelona. Yo calculo que podría fijarse en un euro, una cantidad muy asumible por persona y pernoctación. También se puede establecer un abanico en función de la categoría del hotel. ¡Hay otros casos en los que tras dos o tres noches no se paga la tasa. El abanico de posibilidades es amplio y hay que estudiarlo".

En España, la tasa turística se aplica en la ciudad de Barcelona, donde oscila entre 0,50 y 2 euros. En Roma, por ejemplo, el impuesto es de 6 euros por pernoctación en hoteles de cinco estrellas. En Bruselas es un porcentaje sobre la factura final del establecimiento.