Sevilla

El rector de la Hispalense aboga por recuperar los "derechos perdidos"

  • Castro promete convocar de forma "inminente" un debate sobre el sistema de elección del rector.

Rector con todas la de la ley al fin. Un mes y medio después de que el catedrático Miguel Ángel Castro ganara las elecciones a máximo responsable de la Universidad de Sevilla, el profesor tomó ayer por la mañana posesión de su nuevo cargo en el Palacio de San Telmo en una jornada que concluyó con el acto de investidura en el Paraninfo de la Hispalense. Las Navidades y las incompatibilidades de agenda han retrasado varias semanas estos actos oficiales que impedían, al mismo tiempo, el nombramiento de los cargos del nuevo equipo de gobierno.

 

El acto en San Telmo estuvo dirigido por la presidenta de la Junta, Susana Díaz, pero el primer abrazo que dio Castro tras su juramento como rector fue para su antecesor y ahora consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, amigos, incluso, desde antes de que ambos entraran como alumnos en la Universidad de Sevilla. Un sentido abrazo de aquél que le abrió el camino hacia el puesto de máximo responsable de esta institución académica al nombrarlo en junio rector en funciones. 

 

"Tenemos hoy, más que nunca, la obligación de aportar luz donde hay, desgraciadamente, mucha oscuridad", destacó Castro dirigiéndose a los rectores de las diez universidades públicas andaluzas presentes en el acto. "Vivimos una década aciaga, difícil, un tiempo de grandes desafíos que requiere de esfuerzos, diálogo y grandeza de miras". 

Con un discurso de tono político e institucional, el nuevo máximo responsable de la Hispalense hizo hincapié en el papel de las universidades para el desarrollo de la sociedad y su compromiso de incrementar las relaciones de la institución académica con los distintos municipios. Sus palabras iban dirigidas a los diferentes representantes políticos, como los consejeros presentes, así como al presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.

 

El rector aprovechó la ocasión y solicitó a Díaz una batería de peticiones, anunciadas ya en ocasiones anteriores. Entre ellas, el saldo de la deuda universitaria, un incremento de la financiación -"Muy por debajo de la media europea"-, recuperar la "mermada" plantilla de profesores facilitando la entrada de jóvenes docentes y la promoción de los empleados públicos y un mayor apoyo y fomento de la investigación por parte del Gobierno andaluz. "Es tiempo de recuperación. De recuperación económica, de recuperación de derechos perdidos y de recuperación de la confianza y la ilusión de la ciudadanía", aseveró el rector.

 

La presidenta de la Junta acogió de forma positiva las peticiones de Castro: "Las universidades son un ejemplo de la sociedad a la que aspiramos, y es cierto que no podemos seguir perdiendo más energía en la cuestión económica y presupuestaria cuando queremos que sean las universidades las que nos ayuden a pilotar hacia una Andalucía más libre e igual", señaló la presidenta de la Junta. "Hay que seguir trabajando en la reducción de las deudas con las universidades, hay que dialogar ya sobre el nuevo modelo de financiación y hay que apostar por un plan andaluz de investigación, desarrollo e innovación propio".

 

A diferencia del discurso que pronunció por la mañana, las palabras de Castro en el acto de investidura celebrado por la tarde en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla estuvieron dirigidas a sus compañeros y a la comunidad universitaria en general. Se trató, en esta ocasión, de un acto de corte más académico e íntimo, que contó con unas palabras más personales y emotivas dirigidas a sus hijas y a sus maestros, y donde el rector abogó por la unidad e instó a docentes e investigadores a anteponer "nuestra Universidad" a "mi centro o mi departamento".  

"Propongo que abandonemos las visiones derrotistas e hipercríticas que, lejos de contribuir a la mejora de nuestra institución, lesionan nuestra imagen y perjudican seriamente a nuestros egresados", destacó el catedrático en Química Inorgánica y antiguo vicerrector de Ordenación Académica en su discurso de investidura. "A veces confundimos las críticas a la gestión del equipo de gobierno, necesarias y constructivas, con el desprecio a la formación que impartimos o a la investigación que realizamos".

 

Castro hizo hincapié en la necesidad de responder de forma inminente a las demandas de los universitarios: "Es el momento de recuperar y avanzar en los espacios perdidos como institución y como sociedad". Asimismo, recordó de nuevo, al igual que hizo durante la campaña electoral, cuáles van a ser sus primeras actuaciones. En este sentido, además de presentar al Consejo de Gobierno una propuesta de presupuesto para 2016, el rector destacó la convocatoria "inminente del claustro" para debatir el sistema de elección de los órganos unipersonales de gobierno y representación, como es el caso del rector. 

 

Asimismo señaló que abordará "con inmediatez contactos con responsables políticos para resolver las demandas urgentes de infraestructuras" como la Escuela Politécnica Superior, la nueva Facultad de Farmacia, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, el avance "sustantivo" del campus de Humanidades y la remodelación de las Escuelas Técnicas Superior de Arquitectura y de Ingeniería de Edificación. Proyectos que, en algunos casos, llevan décadas arrastrando.

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