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Sevilla

Un barco de cartas y fotos atracó ayer en Sevilla

  • La familia de Blasco Garzón dona el legado de quien presidía el Ateneo en la foto del 27 Estudió Derecho en Sevilla, fue ministro en 1936 y se exilió a Argentina

Cartas de y a Diego Martínez Barrio, Victoria Kent, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos. Esa correspondencia forma parte del archivo documental de Manuel Blasco Garzón (Sevilla, 1885-Buenos Aires, 1954) que la familia del abogado sevillano ha donado a la Universidad Hispalense. Firmaron el rector, Miguel Ángel Castro, y Dora Luisa Dachevsky Álvarez, sobrina-nieta de un sevillano al que Franco quiso borrar del mapa física y simbólicamente. De la primera amenaza lo salvó su amigo y compañero de pupitre Diego Martínez Barrio al nombrarlo cónsul de la República en Argentina; de la muerte simbólica lo libró la foto con los poetas a los que acogió para homenajear a Góngora como presidente del Ateneo el 17 de septiembre de 1927.

Cartas y fotografías de un sevillano polifacético que estudió Derecho en esta Universidad (1900-1905) y estuvo al frente de instituciones como el mencionado Ateneo, el Círculo Mercantil, la Academia de Buenas Letras -donde hoy se le rendirá un homenaje-, la Sociedad Económica de Amigos del País o el Sevilla Fútbol Club. Eso explicaba el abigarrado personal que acudió a un acto en el que la solemnidad no restó un ápice de emoción.

La documentación la guardó como oro en paño hasta su muerte Trinidad Álvarez, madre de Dora, una sevillana de la calle Sor Ángela de la Cruz que se casó en Buenos Aires con un argentino descendiente de comerciantes ucranianos. Trinidad tenía 17 años y era uno de los seis pasajeros que se embarcaron a finales de 1936 en el barco Mendoza a Buenos Aires. El resto del pasaje lo completaban sus tíos Manuel Blasco Garzón y Luisa Palomino; una monja cuñada del abogado; un sobrino y Carmen Sabina, empleada doméstica.

Al acto acudió Manuel Morón, sobrino de Blasco Garzón, que lo vio por última vez en la Semana Santa de 1936. "Sobrevivió a los acontecimientos de julio de 1936 al no estar en Sevilla". Probablemente habría corrido la misma suerte de los médicos José María Romero Martínez, a su izquierda en la foto de los poetas del 27, o José Manuel Puelles de los Santos, a quien nombró médico del Sevilla cuando llegó en 1923 a la presidencia de este equipo.

El tío-abuelo de Dora, tres veces diputado, otras tantas ministro -de Comunicaciones y Marina Mercante y de Justicia- escribió en 1942 en el exilio Evocaciones Andaluzas; un libro que reeditó el americanista Francisco Morales Padrón, al que Dora conoció en una conferencia sobre Claudio Sánchez-Albornoz.

Cada cual aportaba un vínculo con el autor del epistolario: el alcalde Juan Espadas, con quien fue concejal y alcalde accidental entre 1921 y 1922; el catedrático Manuel García, con el hermano del Silencio -muerto en el destierro como Mateo Alemán-; el historiador del fútbol Juan Castro, con el presidente del Sevilla; el investigador de la memoria histórica José Villa, con este alegato contra la estulticia y el olvido; el experto en masonería José Leandro Ruiz, con quien formó parte del Rotario. Blasco Garzón une su nombre a los de Antonio Delgado Roig, Joaquín Hazañas, Ramón Carande, Alejandro Guichot, Luis y Santiago Montoto o Juan de Mata Carriazo cuyos archivos también fueron donados.

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